Traición

que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor” 1 Tesalonicenses 4:4.

Hoy día estamos viviendo una era donde la confianza, el amor, el respeto mutuo entre parejas se ha ido perdiendo llevando la relación al caos y a la traición o adulterio que conllevan muchas veces al divorcio. Es triste ver como parejas de muchos años de casados han sufrido estragos del enemigo, el cual usa otra persona no creyente de Dios a formar parte de una división matrimonial. El enemigo, el diablo, está usando sus últimos cartuchos para destruir a la familia. y es tiempo de decirle al diablo ¡ya basta!

Tenemos que estar alerta a las señales de humo que muchas veces se presenta en el matrimonio ya que con el afán del día a día muchas veces no le prestamos importancia a los detalles hasta que llega al borde del precipicio, “quiero el divorcio”. Y decimos “¿Qué?” ¿Por qué? ¿Cómo pasó? Son preguntas que salen de nuestra boca. Pero, hoy les tengo que decir que Dios es un Dios de amor y lo que EL une nunca lo separe el hombre. Mateo 19:6 dice “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” Aunque también sabemos que Dios dice en su palabra que la infidelidad es causa de divorcio. Quiero también señalar que el maltrato no es tolerable ya que Dios nos mandó a amar y a respetar a la otra persona como si fuera nuestro mismo cuerp. Tristemente, cuando la persona que no supo controlar su mente y su cuerpo despierta del sueño profundo se da cuenta que fue un grave error.

El adulterio y el maltrato causan daño y dolor, por lo que las consecuencias son las siguientes:

  1. Produce daño a la otra persona que ama. Una persona adultera o mal tratante con su cónyuge esta en pecado y están serio que Jesús lo considera un motivo de divorcio. Pero, sabes mi querido(a), cuando te acerca a Dios en espíritu y verdad, y pides perdón a Dios y a tu ser querido, Dios comienza un proceso de restauración en tu vida como en la de tu pareja que fue lastima por la situación. Cuando un vaso se rompe y se vuelve a pegar aún queda las cicatrices, pero no es hasta que el alfarero lo restaura, lo hace de nuevo y queda perfecto. Pues así es como trabaja Jesús, cuando el vuelve a unirlos, la confianza, el respeto y el amor vuelve a florar. Démosle tiempo a esa restauración a Dios. Sé paciente, tu que aun sigues amando.
  2. Causa daño irreparable. Aunque Dios puede perdonar a la persona que causa el daño, no todos lo perdonaran fácilmente. La reputación quedara dañada y el diablo, Satanás, comenzara a entrar a tu mente para acosarte con sentimientos de culpa. Por lo que, querido amigo(a) te tomara tiempo en que la otra persona pueda perdonar, pero no te rindas. Conquista nuevamente a tu pareja. Amala(o) como si fuera la primera vez y deposita tu confianza en Dios y vuelve a Jesús. Muchas veces en el camino de la vida se nos olvida que el fundamento de la relaciones es Jesús.
  3. Es un pecado contra el Señor, Jesús. Recordemos la historia de José cuando enfrentó la tentación y la esposa de Potifar (Génesis 39:9) “ No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” José reconoció que es un pecado contra el Señor. José corrió, por lo que huyo de la tentación.” Mi querido amigo(a), el saber controlar tu mente y tu cuerpo y correr ante las tentaciones es de valientes y no de cobardes. Cuando no sabes enfrentar a la tentación es momento de correr y no mirar atrás. Dios nos ha dado su Espíritu en nosotros, y lamentablemente lo dejamos apagar ya que nos creemos que esto es de humanos. Pero, en este mundo lleno de tanta maldad solo no puedes batallar tu guerra, tu situación o circunstancias de dolor. Solamente en Jesús puedes encontrar la paz y una nueva vida en Jesús.

Querido amigo(a), no es fácil vivir una traición. Solo en Jesús puedes encontrar consuelo y paz. No es tiempo de reproches. Pues, un matrimonio no es de uno sino de dos personas donde el amor los unió y lo llevaron al altar para que Jesús fuera el centro de sus vidas. Nunca tomen decisiones inmediatas, deseen tiempo de reflexionar que les pasó, donde fallaron, y que consecuencias pueden haber en la familia, sus hijos, sus trabajos, y hasta iglesia (si tiene puestos de liderazgos). Pónganse como objetivo vivir una vida en Jesús, Dios hará y tomara justicia. Jesús nos llama a vivir un matrimonio puro. Todo lo viejo será borrado y nos dará una nueva vida con todo lo necesario para levantar tu relación de nuevo. ¿Lo crees?

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón por todo el daño que le he causado a mi pareja. Perdóname Jesús, me siento impuro, me siento que te he fallado a ti y mi amada(o) esposa(o) y familia. Dame la sabiduría y la palabra para acércame y pedir perdón por todo lo sucedido y que pueda ser receptivo a lo que yo le vaya a decir. Transforma mi vida, Jesús y hazme de nuevo como el vaso en manos del alfarero. Amen.

Consejo

Querido amigo (a), hoy te quiero decir:

A ti que le fallaste a tu pareja

  1.  Primero, te tienes que perdonar a ti mismo.
  2. Segundo, una vez tú sientas que lo pasado ya pasó y no volverá a ocurrir. Es tiempo de acercarte a tu pareja y pedirle perdón.
  3. Tercero, si la persona te perdona, es tiempo de reconquistar a la pareja que fue lastimada. Las heridas no sanan de la noche a la mañana, hay un proceso. Pero, cuando lo dejas en manos de Dios, el proceso de Dios es diferente. Solo tienes que ser paciente. Recuerda que el vaso está roto, y necesita del alfarero.
  4. Busca ayuda profesional. Busca ayuda de consejero, psicólogos que crean en la restauración de matrimonios o pastores o ministros de la iglesia de preferencia.
  5. Nunca te apresures a pedir el divorcio.
  6. Recuerda que hay dependientes (hijos o familia) que dependen de ti. No seas egoísta, no pienses en ti solamente. Hay personas envueltas, gastos de casa, enfermedad, y otras cosas las cuales ambos son responsables. No le dejes el peso total a una persona. El dinero no lo compra todo.
  7. Y, de ahora en adelante ama más a tu pareja, respétela(o) más por que la persona volvió a darle una oportunidad más a la relación.

A ti que estas sufriendo por la traición:

  1. Aprendamos a perdonarnos a nosotros mismos. ¡Amate!, ¿qué dejaste de hacer para amarte a tu mismo(a)?
  2. Tiempo de sanar heridas. Recuerda que la relación es de dos. Ambos fallaron. Que nunca nos dimos cuenta por el afán de la vida, es algo que tenemos que reflexionar.
  3. Perdonar no es fácil. Por lo que te digo que busques ayuda profesional de consejero, psicólogos que crean en la restauración de matrimonios, pastores o ministros de la iglesia de preferencia.
  4. Nunca te apresures a darle el divorcio. Espera confia en Dios.
  5. Confía en Dios, pon a Dios primero en tu vida y hogar. Dios es un Dios de restauración, sanación y perdón.
  6. Dios toma justicia. Dios escucha a la persona que llora y gime de dolor. Esa otra persona Dios se encargara de sacarla del medio de la relación.
  7.  Cuando tu corazón ha sanado y haz dado una nueva oportunidad a la otra persona, es tiempo de no traer el tema a la luz en cualquier discusión. Pues sí, siempre habrá una que otra discusión, pues es parte del proceso de dos personas que son diferentes.
  8. Aprendan a comunicarse, no en la discusión, sino en la tranquilidad.
  9. Pidan sabiduría de Dios para manejar las situaciones difíciles como es las finanzas, hijos, trabajos, estudios y otras tantas cosas.
  10. Pero, sobre todo que Dios vuelva a ser el centro de tu vida y de tu hogar.

Mis queridos amigos, quizás muchos de ustedes han sufrido el proceso de divorcio y se han vuelta a casar con otra persona, no permitan repetir la misma historia.

Nota: Sean sabios, busquen las ayudas necesarias para que los ayuden, no están solos. Hay muchas asociaciones que ayudan a la mujer u hombre maltratados.