Te invito a un café

y andad en amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma. Efesios 5:2

No se ustedes mis queridos amigos, pero siempre hay personas que nos invitan a tomar un café. Hay momentos que aceptamos la invitación. Hay momentos que decimos en otra ocasión y nunca le damos fecha a esa invitación. Quizás, esa invitación fue por cortesía, quizás para conocernos un poco más, quizás para hablar de buenos temas con amigos o es una simple excusa para estar contigo por un momento. ¿Cuántos han recibido esa invitación de tomarnos un café? ¿Cuál fue su resultado de esa invitación?

Cuando yo me tomo un buen café, me relaja, me pongo a pensar o quizás no piense en nada sino de ese momento de estar a solas con mi taza de café. No existe conversación sino yo y mi café, donde reflexiono y me pongo en marcha los planes que tengo para el día. El tomarme un café implica oler su aroma, sentir el buen gusto en mi paladar y al mismo tiempo despierta todos mis sentidos. Me levanto con nuevos bríos de hacer lo que tengo que hacer.

Siento que una invitación a tomarme un café, es la esencia de relajarnos, de hablar sobre un buen tema, de escucharnos mutuamente y reírnos de lo que nos trae la vida. El tomar ese café es darnos la oportunidad de explorar nuevos horizontes para ver la vida desde otro punto de vista. La invitación debe ser una agradable, una sincera y de empatía por la otra persona que está a tu lado tomándonos ese buen café. De esa invitación surgen nuevas etapas en nuestras vidas que nos pueden llegar a elevarnos a otro nivel. Eso sí, seamos cuidadosos con quien tomemos ese café, pues mejor tomarse el café a solas con tu yo interior.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote que seas tú el amigo que se siente todas las mañanas a tomarnos ese café. Poder escucharte y ver mas allá de lo que mis ojos físicos no puedan entender. Te lo pido en tu nombre, Jesús. Amén.

Consejos

Mis queridos amigos, que rico es despertar y dar gracias por la vida. Que rico también es tomarte una taza de café o tu bebida preferida. En ese tiempo tomate tu tiempo de reflexionar y amarte a ti mismo.