Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. 1 Reyes 18:21
Estamos rodeados de tantas voces, voces que nos dicen tantas cosas las cuales pueden ser positivas como negativas. Nos confundimos en el pensamiento no encontrando que decisión tomar o que hacer. Muchos de nosotros hemos vivido estas situaciones donde no podemos ni reconciliar el sueño de tanto pensar y de escuchar que otros opinan o dicen respecto a lo que nos preocupa.
A veces nos hemos encontrado en una situación donde tenemos que tomar decisiones como lo puede ser unas simples vacaciones, el solo escuchar donde desean ir o que hacer nos pone ansiosos pues, una decisión que beneficie a todos no es fácil. O, cuando un medico te diagnostica una enfermedad y existen alternativas o no para curar esa enfermedad la cual nos toca decidir la mejor alternativa para nuestra salud. También, la responsabilidad de un trabajo si es conveniente o no. Nuestra cabeza comienza a fluir tantos pensamientos que nos volvemos casi locos de tanto pensar. Pero ¿sabes algo mis queridos amigos? Se nos olvida lo mas importante que en medio de las circunstancias, en medio de la toma de decisiones, en medio de tantas voces se nos olvida escuchar la voz de Dios.
La voz de Dios que en medio del ruido no se puede escuchar, que en medio de la tormenta no se puede escuchar y que en medio de las opiniones de tantas personas no la podemos escuchar. En 1 Reyes 19 nos narra que Elías tenía miedo ya que lo estaban buscando para matarle por lo que se escondió en una cueva. El temor le ocupo sus pensamientos que le impedía escuchar la voz de Dios, pero fue en el silbo apacible y dedicado que pudo escuchar la voz de Dios. En el silencio, cuando todo parece desierto es el momento perfecto para escuchar la voz de Dios. Solamente requiere que te apartes a solas para poder escuchar la voz de nuestro Señor Jesús.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Perdóname si mis circunstancias actuales me han impedido escuchar tu voz. Permíteme que en este silencio pueda escuchar tu voz y que sienta paz en mi corazón con las decisiones que he de tomar. Amen.
Consejos
Mis queridos amigos, se que no es fácil cuando tenemos tantas voces internas y no sabemos que hacer. Pero, solo te recomiendo estos pasos:
- Date cuenta de la apatía.
- Reconozca la verdadera Autoridad.
- Repare el altar.
- Responda a la conciencia.
- Responda a la obediencia.
Cuando aprendamos a discernir y reconocer la Voz de Dios, y luego obedecer la Voz de Dios, experimentaremos un movimiento de Dios en nuestras vidas.