Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Romanos 14:8.
Hace unos días estaba viendo la televisión, y hubo un anuncio que me impactó y me llevo a analizar el mensaje desde una perspectiva en nuestra vida cotidiana. El anuncio trataba de que el ser humano nace y es colocado en una caja y cuando morimos también nuestro cuerpo es colocado en una caja. Pero, ¿qué hay en medio de esas dos cajas? ¡Wau! Realmente me impactó el mensaje, aunque era uno comercial.