Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde, y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto. Jeremías 17:8
Muchos de nosotros hemos experimentado seguía, no seguía de escasez de lluvia sino la seguía que vivimos en circunstancias del día a día en nuestra vida. Muchas veces nos hemos sentido frustrado, decepcionado, y lo has intentado todo pero todo te falla. A tal extremo que recordamos que Dios existe y le suplicamos que nos ayude. Sin embargo, tal fue nuestra plegaria u oración buscando respuesta del cielo, pero la única respuesta que obtuvimos fue el silencio. ¿Ha experimentado la seguía en su vida?
Al recordar la experiencia de seguía en diferentes etapas de mi vida, me remonto a la famosa historia de Job (libro de Job, biblia), un hombre que lo tuvo todo, hijos, riquezas y tantas otras cosas. Hasta que un día, lo perdió todo, sus riquezas y hasta sus hijos. Y, eso no fue suficiente sino que también fue abatido por una enfermedad. Sabemos, que Job fue fiel a través de su seguía, su desierto. Pero, como ser humano, le llego la duda y le llego la frustración, por cuanto él clamaba: “¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos. Yo sabría lo que él me respondiese,Y entendería lo que me dijera” (Job 23:3-5). Por lo que, Job sabía que Dios estaba a cargo de su vida. Pero, por un instante Job sintió que Dios lo esquivaba y que el cielo estaba en silencio.
Quizás, mis queridos amigos, estén pasando por un momento en sus vidas que en sus mentes tengan muchas preguntas y estén provocando a Dios para que escuche su caso. Al tal extremo que estamos a la mejor disposición de escuchar su respuesta, estamos más receptivos a escuchar la voz de Dios y su consejo. Y, es ahí que nuestro espíritu seco desea del agua viva, refrescante y reconfortante que solo Dios puede dar.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, estoy delante de tu presencia, pidiéndote que me perdones y que puedas escuchar mi plegaria en esta seguía. Muchas veces he orado y leído la Biblia, pero siento que estas en silencio y me siento distante de ti. Pero, hoy reconozco que cuando estas callado, sé que me estas probando como el oro. Yo reconozco que tú tienes cuidado de mí. Mi Dios elimina cualquier obstáculo que impida que yo tenga una relación profunda contigo, Jesús. Te lo pido en tu nombre, Amen.
Consejo
Mis queridos amigos, la experiencia de seguía en nuestras vidas la hemos vivido en algún momento de nuestras vidas o la estamos viviendo en estos momentos. Muchas veces la experiencia de la sequía es para preparar o formar a cada uno de nosotros para un nuevo comienzo en la vida tanto física, mental, emocional y espiritual. Hay momentos, que entra la duda, las frustraciones e incluso nos sentimos en derrota. Pero, quiero decirles mis queridos amigos que es de vital importancia reconocer que hay un propósito de Dios en nuestra vida en esos tiempos de sequía. Por lo que no es tiempo de lamentarnos, sino de buscar las ayudas o recursos que te puedan ayudar con tu situación. Es tiempo de pedirle a Dios ayuda y sabiduría. Es tiempo de abrazarnos con Dios y él le proveerá las fuerzas para salir de la seguía. Vea su seguía como el tiempo para reflexionar, crecer y aprender. No permita que pensamientos negativos lleguen a su mente y que le impida conocer a Jesús en lo íntimo de tu desierto.