Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Efesios 6:13.
Al pasar el tiempo reflexionamos sobre lo que hicimos o dejamos de hacer. Reflexionamos sobre nuestras familias, hijos, padres, escuela o estudios, trabajo y tantas otras cosas. Al reflexionar sobre ciertos eventos que marcaron nuestra vida nos damos cuenta que muchas cosas fueron placenteras, confortable, buenas, llenas de risa y tantas cosas que al pensar en ello nos pone una sonrisa en nuestro rostro. Por otro lado, al reflexionar sobre las cosas que nos lastimaron y que dejaron huellas en nuestras vidas nos hacen decir “lo hubiera hecho de esta manera”, “hubiese dicho esto” o “¿qué me pasó?” entre otras cosas. Son cuestionamientos que nos hace sentir coraje y dolor. Y, ¿Qué de todo este dolor que llevo a dentro?
Con el tiempo y la madurez, sabemos que existieron eventos que por falta de experiencias nos afectó en nuestra carrera de vida. Quizás hubieron personas egoístas, envidiosas, llena de maldad o personas que primero yo y luego el mundo lo que provoco que quizás en algún momento perdimos el horizonte o la perspectiva de la vida. La vida no es una carrera sino de quien llega a la meta. El hombre o la sociedad dictan que es bueno para ti pero, la verdad es que tú eliges el rumbo para llegar a tu destino final. Y, ese destino final debe ser paz física, emocional, y espiritual. A veces, la sociedad te crítica y te dice que eres tonto, que la gente ha abusa de ti, te ponen nombres hirientes y en silencio tú sufres. ¿Qué puedo hacer para sanar mi pasado, para sanar mi corazón y olvidar?
Olvidar es imposible, pero sanar es posible. Cuando nos perdonamos a nosotros mismos y perdonamos a los que nos ofenden u ofendieron ganamos la batalla de la mente. Comenzamos hacer un cambio de mentalidad. Pues, el perdonar no quiere decir olvidar sino es una decisión que tendremos que tomar aun cuando sentamos dolor y desilusión. Le decimos al mundo gracias por permitir vivir esas experiencias dolorosas pues hoy con mi madurez la historia se escribe de otra manera. Recordar de vez en cuando nos hará fuertes porque no volvemos a caer en la trampa que dicta el mundo. Experiencias que podemos contar para que otros no sean lastimados. Siempre recordando que no vale la pena pagar a la otra persona con mal sino con el bien, pues con el bien le dices a esa persona gracias a ti yo soy feliz y tome el rumbo que Dios realmente quería para mí.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Perdóname si he permitido que mi pasado me atormente. Perdóname si he olvidado que tú eres mi sanador y proveedor. Gracias por que reconozco que tú eres el Dios de justicia y nada pasa si tú no lo permites. Gracias por tu protección. Amen.
Consejo
Mis queridos amigos, al escribir este blog recuerdo a un amigo que escribió toda sus preocupaciones y frustraciones en su vida laboral y eso es bueno. Pero, ¿ahora que hago con todo esto? ¿Quién me ayuda a borrar o sanar estas emociones?
Mis amigos, la vida no se basa en trabajo solamente sino que tengas paz en todas tus áreas tanto emocional, física y espiritual. Quien puede restaurar toda tu vida es Jesús.
Por lo que te recomiendo lo siguiente:
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- Escribir todo lo que sientes y frustra o molesta, eso es saludable.
- Leerlo en voz alta.
- Decir cómo te sientes.
- Decir que perdonas a todos los que alguna vez te lastimaron.
- Perdonarte a ti mismo.
- Dejar ir, quema el papel.
- Evalúa tu presente.
- Dad gracias a Dios porque hoy eres una persona exitosa, saludable, y que tus emociones no te rigen a ti. Sino que Dios te rige a ti y tú le permites a Dios tomar el control en tu vida.
- Ama y dad a otros de ese amor que Dios hoy te da.
- Dios te bendice en todos tus caminos.
- Busca ayuda, recuerda que solo no estas.
- Recuerda, no mires hacia tras pues ya todo es sal, camina hacia lo nuevo y desconocido confiando que Dios está en el control de todo.
- Descansa y vive la vida a plenitud.