¿No te importa que me hunda?

Pero Jesús se había dormido en la parte de atrás, apoyado sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: ¡Maestro! ¿No te importa que nos estemos hundiendo? San Marcos 4:38

Existen momentos en nuestras vidas y en todo lo que nos rodea que nos hacemos la pregunta, ¿Es acaso que a Dios le importa que nos hundamos o perezcamos? La fe de muchos tambalea viendo como en el mundo se vive. Hay tanta maldad, enfermedad, muerte, la tierra gime, el gobierno, enfermedades, y tantas otras cosas que aun en nuestras vidas vivimos y hasta continuaos viviendo de eventos del pasado. Y, pensamos que Dios duerme o el universo está en contra de nosotros.

Tiempos difíciles. Hay una historia bíblica, que nos narra que Jesús dormía en medio de la tormenta y sus discípulos le gritaban que despertara porque se hundía la barca y ellos podían morir. Al despertar me imagino a un Jesús, que podía preguntarse a si mismo ¿tantos milagros han visto ustedes, tantas señales de que yo soy tu protector, sanador, tu Dios y aun no cree? Si asi somos nosotros con tantas señales de vida, de sanación, de protección en nuestra casa y tantas maravillas que hemos vivido, pero nos enfocamos en un solo evento y cuestionamos si Dios duerme. Pensamos como sus discípulos que a Él no le importa la situación que vives. ¿Sera cierto esto?

Pues, mis queridos amigos es tiempo de reconocer que Jesús se levantó y tomo el control de la situación y calmó los mares y los vientos. Dios está consciente de nuestra situación. La tormenta no fue un impedimento para Jesús descansar, pero una vez oyó los gritos de sus discípulos respondió a la petición y les ayudo. Hay momento que llegamos a la desesperación, pero no olvidemos que Dios está para responder de inmediato a tu petición. Lo que a Dios le importa es que reconozcas que Él está en tu barca, por lo que puedes vencer cada situación. Jesús nunca te abandonara ni permitirá que te hundas y te asegura que llegaras a puerto seguro. Clama a mí y yo te responderé (Jeremías 33:3).

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Perdón si dentro de mi tormenta se me olvida que tú eres el Dios de mi barca. Ayúdame a enfrentar cada situación y confiar que tú, Jesús, tienes el control de mi vida. Amen.

Consejo

Mis queridos amigos, si en algún momento de tu vida entiendes que necesitas ayuda, busca esa ayuda que tanto necesitas. Hay personas capacitadas y adiestradas que te pueden brindar las ayudas que tú necesitas. Recuerda que solo no estas.

Confiad en las personas para muchas personas les es difícil, pero si hablas con Dios en tu habitación te aseguro que él te responderá. Solo abandónate en El y confía.