No se preocupen por nada

No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Filipenses 4:6  (NTV).

Vivimos en un mundo lleno de preocupaciones, nos afanamos, nos estresamos y vivimos día a día con temores. Vivimos dominados por las preocupaciones. La preocupación es una emoción que muchas veces nos llevan a ser no productivos ya que nos invade el temor. Un temor que surge por adelantado a invadir nuestros pensamientos y nuestra energía a algo que muchas veces no sucede. Por lo que, vivimos muchas veces preocupados por cosas o imaginamos eventos sin que realmente esto suceda. ¿Te has sentido así? También, hay momentos que estamos pasando por situaciones difíciles en nuestras vidas que nos preocupamos. Pues, hoy quiero compartir contigo el antídoto para la preocupación.

El antídoto para la preocupación es la oración, hablar con Dios. Dios nos recuerda a través de su palabra (Biblia) en Jeremías 33:3 “Clama a mí y yo te responderé”. En tiempos de preocupación Dios quiere que acudamos primeramente a él. Cuando recures a Dios, él te proveerá los recursos necesarios para cubrir tu necesidad.
Cuando buscamos primeramente la dirección y ayuda de Dios, él nos cubre con una bendición sobrenatural. Pero, ¿qué tenemos que hacer para que esto ocurra?

  1. Dejar de preocuparnos y comenzar a orar o hablar con Dios. Para nuestro Dios todo es importante, no pienses que por ser tu situación insignificante, tonta o pequeña no merece que nos acerquemos a Dios para pedir por ello. Su palabra dice “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo.” Pues querido amigo(a), ora por esa situación a nuestro Dios.
  2. Habla a Dios por tus inquietudes y necesidades. Muchas veces decimos “porque voy a pedirle a Dios si él lo conoce todo.” Mi querido amigo(a), es verdad él lo conoce todo, en Mateo 6:8 dice “porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis”. Pero, él quiere que tú le hables de tus inquietudes y necesidades. Por ejemplo, si vas a un abogado y le cuentas tu situación, y van al tribunal con tu caso; aunque sabemos que el juez sabe de qué se trata tu caso, el juez requiere escuchar tu situación pues es de esta manera que él podrá resolver la controversia. Pues, lo bueno del caso es que Dios es el juez por excelencia y todo los casos los gana. Amigo(a), no cargues con una carga que puede ser liviana con la ayuda de Dios y no cuesta nada.
  3. Presenta tus peticiones con acción de gratitud. Cuando ores o hables con Dios no dudes. Cuando ores dale gracias a Dios por lo que va hacer o está haciendo con tus situaciones. Cuando agradeces de antemano tú estás creyendo en que ya está hecho, eso se llama fe. Efesios 3:20 dice “que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.
  4. Recibir y sentir la paz de Dios. Cuando damos gracias por todo lo que Dios ha hecho, recibirás y sentirás una paz en tu mente y tu corazón. Por lo que, Dios cuidara de ti y te protegerá en tiempos difíciles. Juan 14:27 dice “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo”.

Mis queridos amigos(a), no sé cuál es tu situación, pero la próxima vez que te sientas preocupado, intranquilo o con temores clama a Dios y él te responderá. No tienes por qué afligirte ni angustiarte ya que conoces el antídoto para la preocupación, la oración. Cuando oras encontraras paz y una pronta respuesta a tu situación.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, hoy vengo ante tu presencia pidiéndote perdón. Señor, hoy presento ante ti mi preocupación y/o situación. Siento que muchas veces no puedo con la carga y no sé qué hacer. Pero, hoy deposito toda preocupación en tus manos, por lo que no voy a preocuparme más por ello. Por lo que, confiare plenamente en ti y en tus promesas de que solo en ti puedo vivir confiadamente porque tendrás el control absoluto de mi vida. Gracias por tu paz y por lo que harás pronto en mi vida y en mi hogar. Amén.

Consejo

Querido amigo(a), estamos viviendo tiempos difíciles donde emerge las preocupaciones. Pero, sabes algo que al confiar en el juez por excelencia, Dios, tu caso será ganado. Quiero decirte que siempre ores y le pidas a nuestro Dios por cada preocupación y la sueltes en sus manos. Siente la paz de Dios en tu mente y corazón, y camina en fe.

Te recomiendo que busques las ayudas necesarias como lo es algún consejero espiritual, pastores, psicólogo o profesionales que te puedan ayudar. Pero, sobre todo confiando que Dios usa los recursos necesarios para ayudarte. Recuerda, ¡solo no estas!