Me amas, Sigueme…

 

San Juan 21:15-17 (Biblia Reina Valera, 1960)

15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le  respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Durante mucho tiempo me he preguntado, Señor, ¿cuál es tu propósito en mí? Son tantas las circunstancias que nos rodean, que a veces perdemos el horizonte de lo que Dios quiere hacer con nosotros. Muchas veces buscamos en otros lugares como por ejemplo carrera profesional, estudios, trabajos, artes, y hasta la sociedad  nos dice “busca en tu interior porque hay un talento oculto en ti”. Si, si, lo sabemos, pero, ¿cuál?

Actualmente, llevo sobre quince (15) años trabajando en las industria farmacéuticas y hospitales, con estudios Doctoral en Cambios y Desarrollos Organizacionales, Maestría en la manufactura competitiva, y Bachillerato en Ciencias Naturales, Química. Como leerán, “¡Wau!” dirán muchos. Mis amigos(as) me dicen “las puertas se abrirán ya vera el mundo está a tus pies”, pero la realidad no es así. Muchas veces la búsqueda de empleo no es fácil, me siento muchas veces perdiendo el tiempo en llenar tantas aplicaciones que me consumen el día, asisto a entrevistas, para a la larga recibir que no cualifico o porque estoy sobre cualificada. Me pregunto, ¿será que tengo que eliminar mis estudios? Bueno, casi todos comienzan eliminando estudios para comenzar a trabajar en algo, y luego digo, “no” si Dios me ha permitido llegar donde estoy porque eliminar algo que he me ha permitido. Querido lector, dirás que orgullosa, por algo hay que empezar, por algún lado, ¿no? Pues les contare que yo siempre he empezado de nuevo y desde abajo.

Recuerdo que un Octubre 31,2007 (como no recordar esta fecha)  quede desempleada ya que la compañía estaba en su restructuración, claro está como todos los que vivimos el quedarnos sin empleo, lloramos, pataleamos (nos molestamos, nos da coraje), pero reconocemos que la vida continúa. Me levante al siguiente día laboral y fui al  departamento de desempleo, no era mucho lo que daban ($), pero algo es algo. Muchos amigos por orgullo no querían ir, pero yo le indicaba que es mejor tener lago en los bolsillos que nada. Yo continúe con mis estudios de maestrías, lo cual la compañía inicialmente pago, y yo tuve que completar los pagos (con tarjeta de crédito) ya que no trabajaba más para la compañía. Para el siguiente año, mi vida fue un desastre, aunque muchas veces no queremos pasar nuestros problemas a nuestras familias, amigos, e iglesia, y siempre con una sonrisa. Pero, la verdad, todo cambio.

Mi matrimonio comenzó irse por la borda, y ante mi familia, iglesia, y amigos todo parecía normal. Mi madre estaba muy enferma y yo en ese momento di gracias a Dios por no tener empleo, pues estuve presente hasta su muerte. Luego de su muerte, mi matrimonio culminó (más de 10 años), y llegamos al divorcio. Todo mi mundo se derrumbó, no tenía empleo, mi madre murió, y un divorcio, todo en el mismo tiempo (año).

Pero, yo, la más fuerte, comencé a tomar clases de maquillaje (si, porque como mujer la autoestima a veces baja), clase de confección de prendas, y completar mis estudios universitarios con los ahorros que tenía. Por un tiempo le pregunte a Dios, ¿porqué todo esto?  Si he sido una buena hija, buena empleada, buena Cristiana, buena esposa, no soy fea (porque muchas veces comienza nuestra autoestima a bajar) y hasta predicaba su palabra, ¿porqué?  ¿Qué hice mal?  Fueron mis preguntas por un tiempo.

Me fui a vivir con mi padre por un tiempo y mi padre me decía, tu marido va a llegar. Y me decía entre mí, “¡oh! si ya mismo”. Mientras tanto, continúe con las citas de mi consejero matrimonial, el cual él dejo de ir ya que el matrimonio fracaso. Pero, las  palabras de mi padre me trabajaron y fui un día a buscar a mi ex-marido, a ver si había esperanza, pero nada que ver, todo fue mal. Yo lo intente, pero no funcionó. Y un día, entre tantos porqués, Dios me indica leer la historia de Ester (Libro Ester, Biblia) y entendía que tenía que ayunar y orar por tres días por restauración de mi matrimonio, y obediente al fin, así hice. No pasó nada de inmediato, pero al tiempo, mi exmarido llego a la casa de mi padre a pedir ¡perdón! ¡Wau! No lo podía creer. Pero, desde ese día, acordamos que él tenía que continuar visitando al consejero y desde ese momento nos dimos la oportunidad a nuestra relación. Y finalmente, nos volvimos a casar, porque no. Si, nos casamos ya que yo era la esposa y no la amante. Y desde ese momento, el valoro más a su esposa, valoramos más la relación entre nosotros y desde entonces estamos juntos. (Luego escribiré más en detalle sobre este asunto, cómo Dios transformo nuestro matrimonio y caracteres)

Luego que nuestro matrimonio fue recuperado, lo poco que tenía fue invertido en una cafetería y en una tienda en el pulguero. Mis amigos(as) decían que yo tenía “babilla” (valiente) pues trabajaba en todo, muchos me decían que no harían lo que estaba haciendo pues tenían orgullo propio, pero “trabajo es trabajo” yo les decía. Pero, la realidad es que no era fácil, para mí, con altos estudios y de estar en trabajos de altos rangos, pero nadie iba a pagar mis deudas.  Funcionó por un tiempo, pero los costos de vida que llevábamos eran altos, pues estaba basado en dos salarios anteriores. Mi marido ya no podía más con los gastos y todo comenzó a empeorar, pues ya no había nada de ahorros, y trabajamos día a día, y todas las deudas comenzaron atrasarse y cobradores a tocar las puertas y llamadas telefónicas que volvían a uno loco.

Finalmente, un día mi marido llego con la idea de apuntarse al ejército, no me gustaba la idea, pero fue la mejor alternativa ya que yo no conseguía empleo, y mis amigas (os) consiguieron rápido y yo no, y le preguntaba, Señor, ¿porqué? Y le decía a Dios, “mira Señor, ahora tenemos que unirnos al ejército”. Yo no entendía nada, de lo que el Señor quería de mí y de mi marido. Y finalmente, así sucedió, él se unió al ejercito de los EU y luego de él terminar sus estudios de la milicia me mude con él a los Estados Unidos (EU). Tuvimos que vender los autos (los cuales estaban en atrasos de pagos)  y dejar ir muchas cosas para comenzar de Nuevo.

Cuando llegue a los EU, al tiempo comencé a trabajar como empleada de piso en una tienda. Deje atrás mi orgullo, el cual ya no existía, y comencé a trabajar por el mínimo de hora salarial. Pues, en un país extraño y con deudas que veníamos cargando desde Puerto Rico (PR) era necesario tener algo que nada. Hubieron muchos sacrificios (no viajes costosos, nada de gastos en accesorios, y otros) todo era ahorrar para pagar las deudas de PR (casa, prestamos, y otros), pues uno tiene que continuar siendo responsable con lo que Dios nos ha dado. Y le preguntaba, Señor, ¿hasta cuándo me tengo que sentir tan humillada? ¡No entiendo nada! Trabaje por nueve (9) meses en la tienda, luego fui ayudante de maestro por casi un año y finalmente, pude entrar a trabajar para el gobierno federal. ¡Wau! ¡Finalmente!, pensé.

Pero, con el tiempo llego la decisión de regresar a PR y dejar todo. Cuando finalmente, me sentía cómoda y no quería regresar, de repente en mi trabajo todo se volvió gris, compañeros ya no eran más compañeros y todo se me estaba siendo imposible, y me preguntaba otra vez, Señor, ¿que pasó? ¿Si todo estaba marchando bien? ¿Porque de repente todo va para atrás? No entendía. Pero había que regresar a PR cuando el contrato militar finalizara.

Mientras aún mi marido estaba en la milicia, mi marido estaba estudiando su curso doctoral el cual llevaba un año, y yo comencé al año siguiente a estudiar  mi carrera doctoral. Pues siempre mi madre me decía, siempre estar a la par que tu marido para evitar ser “yugo desigual”. Que importante es esto, la pareja debe estar alineada en todo momento para evitar conflictos (luego hablare de este tema en otra ocasión).

Cuando llegamos a PR, mi marido se instaló en su trabajo previo, y yo comencé a buscar trabajo, pero nada que ver, no conseguía nada. Toque puertas, aplique a solicitudes y nada por un año. ¡Oh, Dios! Que difícil se me hace todo esto, y ¿porque a mí? ¡Cuando la gran mayoría consigue trabajo rápido! ¡No entiendo, Señor! Pero nada,  la vida continúa, pagamos las deudas cuando regresamos de los EU y nos pusimos al día después de siete (7) años de sacrificio.

Al año siguiente de estar en PR,  conseguí trabajo. Con el trabajo de mi marido y el mío comenzaos a ahorrar, ahorrar, nos volvimos a sacrificar, no viajes, no gustitos. Mi trabajo duro dos (2) años, el ambiente laboral volvió a dar otro giro, donde ya no era lo mismo. Me gradué de mis estudios doctorales al igual mi marido un año antes que el mío. Y me preguntaba, ¿porqué se me han cerrado las puertas Señor? Y después del huracán María (Septiembre, 2017) (luego en otro blog les hablaré de cómo Dios nos cuidó) y viendo que todo iba de mal en peor decidimos regresar a los EU. Decididos a buscar un mejor estilo de vida y buscando nuevas oportunidades profesionales.

Le doy gracias a Dios que nos ha bendecido en gran manera  y en todos los aspectos de nuestra vida. Y quizás muchos lectores (as) digan, “relax” no hay necesidad de trabajar, pero como persona activa y productiva, llegando nuevamente a los EU, comencé la búsqueda de empleo. Tiempo llenando aplicaciones, tratando de buscar información para ser consultor u abrir nuestro propio negocio, pero ha transcurrido el tiempo y nada. A veces las personas piensan que montar un negocio es fácil, pero la verdad es que cada Estado tiene su regulación. Le vuelvo a preguntar a Dios, ¿Porqué? ¿No entiendo? Ahora que estoy preparada profesionalmente, con vasta experiencia profesional, ¿las puertas no se abren? ¿Qué pasa conmigo? ¿Dime porqué? ¡Dirígeme, háblame, porque no entiendo! Cuando llega el momento de la desesperación, muchas veces nos hacemos estas preguntas (y como verán me las hago con muchas frecuencias).

Dios en su amor y misericordia me recuerda que Él está en la barca y Él es el timón, el capitán de nuestras vidas. Pero, digo, yo sé Señor que debo confiar en tus proceso, pero mi humanidad me falla, y me hago la pregunta, ¿porqué a  mí? Dame dirección, envía a alguien que me hable, dame una señal… y tantas otras preguntas que nos llegan. Pero, luego me calmo, medito, reflexiono, y pienso, okay. Pues, susténtame Señor como a los pájaros del campo y vísteme con los colores de las flores del campo porque yo he hecho todo lo que he podido como humana que soy. No me puedes decir que soy vaga, que no hago nada, pues lo he intentado todo, Señor. Si el mundo está diseñado para mí de esta manera, pues ayúdame a seguir confiadamente en ti.

Hasta que un día, Dios me habla por su palabra y me pregunta, ¿Me amas? Y lágrimas brotan de mis ojos y un sentimiento llenos de emociones que no puedo explicar. Y yo le dije como Pedro, ¡Señor, te amo, sabes que te amo! Y le dije, “lo que tengo y lo que soy te lo debo a ti”. ¡Te amo! Pues, Él me dijo: ¡Sígueme! ¡Sígueme!

Luego reaccioné como Pedro, ¿Qué? ¿Cómo que sígueme?  Si te he seguido toda mi vida, y me he mantenido dentro de tu voluntad llevando tu palabra y siguiendo tus mandamientos. ¿De verdad?, me decía el Señor.  Bueno, eso lo hacía en PR, pero este es un país extraño, ni el pastor sabe que existimos, aunque si nos habíamos presentados, pero cuando son Iglesias grandes es difícil. Pero, aquí estamos Señor sirviéndote, le decía yo. ¿De verdad?, me decía el Señor. Como engañar al Señor que todo lo sabe, las excusas son vanas.

Y finalmente, le pregunte, Dime Señor, ¿qué quieres de mí? Y Él me dijo, Escribe. Pero, de mi parte continúan las excusas, pero eso lo está haciendo mi marido, mi marido está escribiendo un libro de sus experiencias y vivencias contigo de cómo has transformado nuestras vidas y finanzas, ¿porqué tengo que escribir yo? Solo escribe, el Señor me respondió. Y es aquí que comienzo a escribir para ti. Ahora entiendo que si no fuera por mi tiempo libre no estaría escribiendo este blog.

Tengo la “vena” científica, y a la verdad para mí no tiene sentido, pues existen tantos escritores. Yo reconozco que cuando para el hombre no tiene sentido, Dios está trabajando. Pero yo sí sé que  Dios ha transformado mi vida, mi matrimonio, mi familia, nuestras finanzas, y todo lo que tengo y lo que no tengo o veo, Dios está en el control. Y por eso le he servido, por gracia y por amor.  ¡Señor, te amo, sabes que te amo! Le decía yo en mi mente y corazón. Y Dios a través de su palabra me decía, ¡Sígueme! ¡Yo le creo! Suelto lo que tengo y te sigo, Señor. Aunque mis ojos y mi humanidad no lo vea, sigo creyendo en ti y lo que harás en mi vida y en los demás que lean estas palabras. ¿Lo crees? Porque yo sí.

Te amo, Señor y mi Dios.

Oración: No sé en lo que tú crees, pero ¡Abre tu corazón! a las oportunidades.

Señor Jesús, abogado por excelencia, perdona mis pecados, mi incredulidad y hasta la falta de fe. Mi amado Señor, capitán de mi vida, pues quiero que lo seas de ahora en adelante. ¡Ayúdame! ¡Socórrame! Pues estoy en aflicción. ¡No me desampares! ¡Sosténteme y dame la sabiduría para seguirte! ¡Pues con mis fuerzas no puedo más!, lo intentado todo, ¡TODO! Y, ¿qué me queda? Nada.

Pero, tú dices en tu palabra que TODO lo que pidas en tu nombre eso harás (San Juan 14:13) y hoy pido en tu nombre (¡pide!)…

Quiero, dejarlo todo a ti. Dame la fe, sabiduría y la certeza que todo lo que he pedido en tu tiempo se hará, solo pido que me ayudes a continuar esperando confiadamente en ti.  ¡Amen! ¡Señor, sabes que te amo! Y quiero seguirte. ¡Amen!

Consejo:

No importa cuántas dudas tengas y cuantos porqués, lee la Biblia, ora y ayuna son la clave para sostenerte en tiempo de prueba. Mira al blanco, Dios, y busca ayuda en personas sabias. Ve a una Iglesia de tu preferencia (pero recomiendo que vayan a una Iglesia que crean en el Padre, Hijo y Espíritu Santo y sobre todo que Cristo viene ya como lo prometió en su palabra).

 San Juan 14:1-4, “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino”. Biblia Reina Valera, 1960.

 

2 Replies to “Me amas, Sigueme…”

  1. Experiencias que Dios permite para acercarnos más y postrarnos a sus pies. Dtbm …Recuerda cuando todo parece

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