Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 2 Corintios 3:17.
Me viene a la mente estar agradecido, pero sobre todo ser libre. El Espíritu es libre y muchas veces lo encerramos y no reconocemos lo que quiere hacer de manera diferente en nosotros. Realmente pensamos en quiénes somos, nos limitamos y limitamos a nuestros sentimientos. Por lo tanto, nos limitamos y a la verdad no podemos encarcelar al Espíritu.
En estos tiempos que vivimos, están sucediendo muchas cosas y es hora de despertar del sueño profundo. Es hora de vivir más allá de lo convencional. Podemos esperar a que algo suceda en nuestras vidas o podemos permitirnos cambios que nos lleven a un ritmo más rápido de lo habitual, todo depende de cómo desee que el espíritu lo lleve al siguiente nivel.
El espíritu es ilimitado, no se puede enmarcar o arreglar, es libre. Si permitimos que el espíritu se expanda, podemos sentir una sensación de libertad para que no haya límites. Esta libertad de Espíritu nos provoca paz, tranquilidad y alegría. Al permitir que el espíritu se mueva hacia algo nuevo, nos sentiremos libres de las viejas restricciones y exploraremos nuevos horizontes nunca antes vistos o experimentados.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, estoy frente a tu presencia pidiéndote perdón. Perdón por no escuchar tu Espíritu en mí. Ayúdame a ser tu voluntad y no la mía, te pido en tu nombre Jesús. Amén.
Consejos
Mis queridos amigos, sé que vivimos en tiempos difíciles. Tiempos que nos invaden el miedo, tiempos que otros gobiernan y dictan lo que es mejor para usted y la sociedad. Pero es hora de que te empoderes y recuperes la energía que hay en ti. Permitele al Espíritu de Dios gobierne su vida. Sé libre y actúa de acuerdo con el espíritu que te mueve a hacer. Solo ora y pide dirección divina. Busque ayuda de personas que vean su misión y lo ayuden avanzar.