Libertad

Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1

Tantas veces hemos buscado la manera de ser libres. Libre en expresión de palabra, libre de tomar decisiones, libre de ser realmente quien eres tú. Aun así en un país lleno de libertad muchas veces nos hemos encontrado prisionero en nuestro medio ambiente. Y, no porque le fallamos a la ley, sino que vivimos tan aprisa, lleno de tantas cosas tanto materiales como espirituales que perdemos la esencia de respirar y sentirnos libres.

¿Qué nos pasa cuando nos sentimos aprisionado en el mundo en que vivimos que no encontramos la salida? Muchas veces, dependemos de otros para continuar. Pero, la verdad es que la libertad no depende de otros sino de uno mismo. Hay países, que no disfrutan de la libertad que muchos de nosotros vivimos. Y, aun así, estas personas de estos países día a día luchan para sobrevivir y ser libres. Cuando esto ciudadanos llegan a un lugar libre de expresión, libre para ser ellos y quienes son, valoran tanto lo adquirido porque reconocen que la libertad depende totalmente de ellos.

Muchas bendiciones dejamos escapar como el ave que vuela una vez la jaula se abre. Y, luego reconocemos que nos hace falta el canto del ave, la brisa del aire que acaricia nuestra piel y que al respirar liberamos tenciones y nos permite meditar con más claridad. Libre para tomar decisiones, libre para amar y ser tú. Mi querido amigo(a), tiempo para ser libre, olvida el pasado que te ata y que no te lleva a nada. Recuerda, que Dios nos hizo libres, aprovecha la bendición de vivir en un lugar que valora la libertad y no te aprisiona. Pero, sobre todo amate y valora todo lo que está alrededor tuyo.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, hoy estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Hoy, quiero ser una persona libre. Ayúdame a depositar todas mis cargas en ti, Jesús, y aprender a descansar en ti. Te lo pido en tu nombre, Jesús. Amen.

Consejo

Mis queridos amigos (as), es tiempo de descansar. Tiempo para respirar y disfrutar de lo más sencillo que es la naturaleza.

Respira, relájate y aprende a delegar tareas que te consumen tu energía.

Busca ayuda de un pastor, profesional, amigo o alguien que te ayude.

Asiste a una iglesia. Ora y leer la biblia porque en ella encontraras las respuestas.