Levanta tu cabeza

Más tú, oh SEÑOR, eres escudo en derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Salmos 3:3.

Estaba leyendo un poco sobre la mitología del ave fénix. Al leer esta mitología puedo comparar el ave con una persona resiliente. Viktor Frankl, neuropsiquiatra y fundador de la logoterapia decía que “una experiencia traumática siempre es negativa, sin embargo, lo que suceda a partir de ella depende de cada persona”. Es por ello que está en las manos de cada persona levantarnos de nuevo para cobrar vida ante cada adversidad o por el contrario derrumbarnos o victimizarnos ante la adversidad.

Reconozco que al pasar por momentos traumáticos todos sentimos que morimos pues, dejamos ir una parte de nosotros y jamás seremos iguales. Pero, esa situación nos permite a nosotros renovarnos como el ave fénix. Nos levantamos de las cenizas, adquirimos más fuerza, sabiduría y no permitimos que el momento difícil gobierne nuestras vidas. Es por eso, que cada evento difícil nos permite renovarnos, adquirimos sabiduría, obtenemos más fuerza y poder pero, sobre todo nos permite una transformación en nuestras vidas que nos llevara a la cima más alta.

Sabemos o estamos conscientes que el momento traumático que fue parte de nosotros mismos se irá también. Se convertirá esa circunstancia en ceniza, en los restos de un pasado que no volverá. No obstante, también sabemos que esas cenizas no se las llevará el tiempo, por el contrario formara parte de nosotros mismos. Por lo que, de esas cenizas nace el ave fénix que hay en ti, el cual renace con mucha más fuerza, mas grande, más sabio y serviremos de inspiración a otras personas.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, dame la sabiduría y las nuevas fuerzas como el ave fénix para levantarme de las cenizas. Ayúdame a ser fuerte ante mi adversidad y dame la sabiduría para volar alto hasta llegar al lugar más alto. Te lo pido en tu nombre, Jesús. Amen.

Consejo

Mis queridos amigos, levanta tu cabeza y abre tus alas y vuela. No permitas que las adversidades negativas  ya sean en tu trabajo, hogar, finanzas, adversarios o enemigos y tantas otras cosas que solo tú conoces te derrumben. Al contrario busca ayuda. Hoy, tú te sientas que estas abajo pero mañana se escribirá una historia extraordinaria en tu vida que reirás y compartirás con otros. No te rindas. Recuerda que eres un hijo de Dios. Eres un resiliente.