Pero lo que sale de la boca, del corazón sale, y esto contamina al hombre. Mateo 15:18.
A veces pensamos que las palabras se las lleva el viento, pero ¿cuán cierto es ese refrán? Hablamos o decimos cosas que al tomar un tiempo para evaluar lo que dijimos, quizás no son las palabras más correctas o a la mejor manera de expresar o verbalizar. Quizás fueron palabras que por tu estado de ánimo las dijiste sin pensar provocando una acción negativa hacia ti o hacia la otra persona que recibió la información. Usamos comentarios hirientes, comentarios de negatividad los cuales causan heridas a la persona que las escucha o las lee. Muchas veces nuestras palabras provocan baja autoestima en nosotros mismos. ¿Pero, qué pasa con esta situación?
Al usar palabras negativas o mensajes negativos hacia nuestros hijos, amigos, pareja, aun hacia uno mismos u otra persona, ¿Qué estamos provocando? Estamos provocando un estado mental y emocional negativo. Las palabras detienen al individuo de crecer, de continuar hacia la meta, desánimo, enfermedad, pobreza, muerte y tantas otras cosas que a tu mente y corazón puedan llegar. Es tiempo de detenernos y reflexionar que somos hijos de Dios. Que de nuestros labios o boca salen palabras que son poderosas. Palabras que nos puede llevar a la pobreza o la riqueza tanto física, espiritual, social y mental o emocional. Es tiempo de un despertar. Es tiempo que pronuncies o salga de tu boca palabras positivas y de poder. Es tiempo de bendecir a tus hijos, es tiempo de decir palabras de estímulo y de apoyo.
Dios nos ha prometido cosas hermosas por lo que, debemos pronunciar palabras que sean de éxito, palabras de bendición, palabra de sanación, libertad, gozo, unidad, compasión y de ayuda. Dios no nos ha dado espíritu de cobardía sino un espíritu de victoria. Es tiempo que seamos la diferencia en la vida de todos y seamos canal de bendición. Hoy, cambia tu manera de hablar y veras los resultados en tu vida y de tu alrededor. Recuerda que eres hijo de un Dios viviente y de poder.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Perdóname mi Dios por todo lo que he dicho y he causado dolor en otras personas. Que desde hoy en adelante yo pueda hablar como tú, Jesús. Te lo pido en tu nombre Jesús, Amen.
Consejo
Mis queridos amigos, sé que no es fácil muchas veces controlar nuestras emociones. Pero, es tiempo que respires, respires y respires. Recuerda que lo que dices por tu boca es un reflejo de tu interior. Busca ayuda de un profesional, asiste a una iglesia de preferencia, ora y lee la biblia. Pero, sobre todo cuando tienes una relación con Jesús tu espíritu, cuerpo y mente comienza a reaccionar diferente. Se una fuente de bendición y no de maldición.