He aquí, te doy poder para hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda la fuerza del enemigo, y nada te dañará. Lucas 10:19
Recientemente vi una película sobre dibujos animados que me llamó la atención. En esta película había una esfera que contenía las perlas del bien y del mal. Pero, hubo un descuido por parte del guardián y la perla del bien pasó a la bestia del mal, en este caso un dragón que por muchos años estuvo prisionero y quiso ganar el cielo para poder gobernar. Y, la otra parte de la perla se le dio al hijo que heredó la perla malvada al nacer. Este hijo era de un matrimonio que siempre luchó contra el mal, por lo que su hijo al nacer tenía todas las cualidades de un demonio. Por lo tanto, estaba controlado por un amuleto que le asignó el guardián. Al analizar esta película pude ver que había una enseñanza detrás de esta película.
Todos luchamos constantemente con nuestros pensamientos. Somos como esa cápsula que contiene tanto la perla del bien como la del mal. Constantemente luchamos con pensamientos tanto positivos como negativos. Queremos ganar y queremos conseguir el premio, pero la verdad es que está la batalla de la mente. Simplemente no podemos controlar nuestros pensamientos negativos y tenemos que encontrar a alguien que nos ayude en el proceso para salir de esa ambigüedad o área oscura.
Muchas veces olvidamos que hay un ser supremo llamado Jesús que dio su vida por nosotros. Jesús, que vivió las tentaciones que incluso Satanás le presentó. Jesús sabe lo que vivimos, lo que sufrimos y lo difícil que es tomar decisiones. Pero, mis queridos amigos, quiero recordarles que nuestro Jesús nos dejó el Espíritu Santo, el cual nos da el poder de vencer cualquier tentación o pensamiento negativo. Solo tienes que recordar siempre que somos hijos de un Dios poderoso y que tenemos poder, solo tienes que decir que la Sangre de Cristo es poder y que nuestro Dios nos dio el poder de reprender todo mal. Por tanto, eres un ser especial con mucho poder y el enemigo lo sabe.
Oración: abre tu corazón
Señor Jesús, vengo ante tu presencia para pedirte perdón por todos mis pecados. Hoy, reconozco que solo por tu preciosa sangre hemos derrotado al enemigo y es en ti que tenemos la victoria sobre el mal. Amén.
Consejos
Mis queridos amigos, quiero recordarles que nuestro Señor Jesús nos ha dado autoridad. Pero, el secreto de esto es permanecer en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Podemos hablar en su nombre y todos los poderes de las tinieblas reconocerán ese poder y obedecerán. ¿Por qué obedecerá el enemigo? Porque sabe que en nosotros está la autoridad de nuestro Jesucristo, que lo derrotó en la cruz del Calvario.
Por eso, mis queridos amigos, crean en ustedes mismos, en el poder y la autoridad que Jesús nos dejó a través de su Espíritu Santo. No lo dudes. Busque ayuda si es necesario. Orad y cuidad que no caigas en la tentación. Recuerda que eres un hijo(a) de Dios.