La Luz

Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas. Juan 12:46

Como un rayo de luz así es nuestro Dios. A veces nos hemos encontrado en medio de las tinieblas. Tan oscuro es nuestro caminar que a veces no encontramos la salida. Hemos vivido situaciones donde la esperanza se debilita y hasta posiblemente no existe. También, hay momentos que en esa obscuridad observamos una pequeña franja de luz, la cual viene del otro lado. Aún más, esa franja de luz tiende a molestar nuestra vista y hasta la cubrimos para que no estorbe más nuestra visión. Esa luz sigue entrando por los huecos más insignificantes.  Continuamos tratando de cubrirla, pero la luz se dispersa cada vez más.

Nuestras vidas han pasado por el valle de la obscuridad y nos hemos sumergido en un cuarto vacío donde pensamos que la luz no llega. La esperanza, la enfermedad, la depresión, el divorcio, problemas de trabajo, problemas familiares, finanzas y otras tantas cosas que nos van agobiando a través de nuestro diario vivir que nos van debilitando. Pero, HOY, HOY quiero decirte amigo(a) que hay una luz que traspasa la obscuridad, que traspasa tu cuarto vacío, que traspasa tu soledad, traspasa tu enfermedad, traspasa todo tu valle de obscuridad. Cuando piensa que no hay esperanza y todo a tú alrededor se derrumba, esa luz entra y aunque trates de tapar los huecos, esa luz es tan penetrante que se dispersa más. Luego, de un rato te das cuenta que mientras hay luz, hay esperanza.

Tú sabes que del otro lado está la luz, solo tienes que dar unos pasos más, unos pasos más para poder salir del valle de la obscuridad y para poder abrir la puerta de tu habitación. Cuando decides salir del valle de la obscuridad y salir de tu habitación, es el momento que abriste tu corazón a nuevas oportunidades de vida. Donde hay luz hay vida, hay esperanza, y la luz nos recuerda que es otro nuevo día. Tendremos la esperanza que hay solución, que no estamos solos en este universo y que Dios nos tiene un nuevo amanecer. Jesús es el rayo de luz que al permitir abrir tu corazón, Él llega para calmar tu dolor y darte nuevas esperanza de que solo en Él encontraras paz y todo tendrá una solución, porque solo en Dios encontraras un nuevo manantial de vida y esperanza.

Oración: Abre tu corazón

Dios mío, te doy gracias por un nuevo amanecer. Perdóname si te he fallado. Vengo ante tu presencia pidiéndote la ayuda para poder continuar cada día.  Reconozco que ante mis circunstancias me desanimo, me escondo, y muchas veces no quiero ver más allá. Hoy, quiero abrir mis ojos espirituales para poder ver la luz. La luz que solo en ti, Jesús, puedo hallar. Dame hoy nuevas fuerzas, salud y sabiduría de lo alto para poder emprender mi caminar y recordar que tú tienes el control y solo en ti puedo estar confiado porque tú eres mi lumbrera. Amén.

Consejo:

Amigo(a), hoy sal de tu habitación. No tengas miedo a tu pasado, presente ni futuro, pues nuestro Dios está en control. Cuando a tu mente llega la desmotivación y piensas que no hay salida, permítele a Dios trabajar. Jesús tomara el control de todo.

Muchas veces a nuestras vidas llegan diferentes situaciones que no esperábamos como lo es la enfermedad, un accidente, pérdida de empleo, situaciones familiares u otras tantas cosas que nos llevan a la desesperación, a la depresión, y a la toma de decisiones que muchas veces no son las más correctas. Es por eso, que debes estar consiente que existen profesionales de la salud y de la Iglesias que te pueden ayudar. Recuerda tú no estás solo, permite que la luz, Jesús, alumbre en medio de tu obscuridad. Tu obscuridad será momentánea ya que en Jesús siempre habrá un nuevo amanecer.