De la misma manera, la lengua es algo pequeño que pronuncia grandes discursos. Así también una sola chispa puede incendiar todo un bosque. Santiago 3:5 (NTV)
La lengua una parte del órgano humano, tan pequeña que si pudiéramos dominar la lengua seriamos casi perfectos si la podemos controlar en todo sentido. Si a un caballo lo podemos dominar con un pequeño freno y un enorme barco se puede controlar con un pequeño timón, el cual hace girar el barco y aun puede controlar el barco ante los fuertes vientos; entonces ¿porque nosotros no podemos controlar nuestra lengua de pronunciar cosa ofensivas e hirientes a otro ser humano?
Hay un refrán que dice “Una mentira ha recorrido ya medio mundo mientras que la verdad está todavía poniéndose los zapatos.” Mis queridos amigo (as), la lengua puedas usarla para bendecir o maldecir, tú decides. Cuando usamos la lengua para maldecir, rumorar, decir chismes, o hasta críticas causamos que la otra persona se sienta herida a tal extremo hasta llevarla a la destrucción. Y, entonces nos preguntamos que le pasó, pero olvidamos que usaste la lengua para maldecirle en vez de bendecirle. Es por eso que la lengua es como una llama de fuego que al encenderse en un bosque quema la fauna y la flora completamente.
Es por eso mis queridos amigos(as), que si no sabes controlar tu lengua, es posible que tu vida este en descontrol. A veces pensamos que no hemos matado a nadie, no hemos adulterado, no hemos robado y hasta cooperamos llevando a pensar que somos gente buena. Pero, se nos olvida que has usado la lengua para pronunciar conversaciones venenosas, la cual su contenido no es de bendición reflejando así lo que le sucede a tu corazón.
Mis queridos amigos (as), es tiempo de cambiar nuestra conversación. Es tiempo de pronunciar palabras de bondad, de amor, y de consuelo. Es tiempo de tener conversaciones que sean de bendiciones para la vida de muchas personas que lo necesitan en el tiempo de su caída, en el tiempo de su enfermedad, en el tiempo que sus trabajos tambalean y sus finanzas flaquean. Es tiempo de tener un corazón sano y disponible para todo aquel que se acerque a buscar palabras de bendición y no de maldición. Hoy, estas arriba y mañana puedes que seas tú que estés en los zapatos de esa persona que una vez tú maldijiste y lastimaste. Es cierto que cometemos muchos errores, pero es tiempo que tu lengua sea sometida al control de Dios y por ende tú tendrás el dominio de tu lengua y de todas las áreas de tu vida. Es tiempo de que de tu lengua brote manantial de agua dulce y no agua amarga.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Perdóname si en algún momento de mi vida he perdido el dominio de mi lengua. Perdóname por haber ofendido y lastimado a personas que han estado compartiendo conmigo. Perdóname por no ser mano amiga y por no haber usado mi lengua para bendecirle y ayudarle. Hoy, Señor Jesús te pedio perdón y que al acercarme a la persona pueda yo recibir su perdón. Te pido que transforme mi manera de hablar, y que mi lengua sea sometida al control del Espíritu Santo y tener la capacidad de tener control sobre las demás áreas de mi vida. Te lo pido en tu nombre Jesús, Amén.
Consejo
Mis queridos amigos, sé que hay personas que por los celos profesionales, envidia y deseos de tener lo que otros tienen comienzan a usar la lengua para maldecir, decir rumores infundidos, chismes, y falsos testimonios llevando a la otra persona a no continuar su carrera profesional, a impactar su bienestar familiar, y hasta tal extremo que la reputación de la persona sea afectada por la lengua maldiciente.
Pero, sabes algo, mi querido amigo(a) hay una solución. ¿Sabes cuál? Pedir perdón a la persona que heriste, pedir perdón a Dios, y hablar para arreglar lo dicho antes que el bosque se encienda completamente.
Te recomiendo, que busques ayudas profesional tales como psicólogo, pastores y otras personas que te puedan ayudar con tu situación personal ya que las frustraciones de tu vida te han llevado a lastimar muchas personas con tu lengua. Además, es tiempo de estar en control de tu vida y así puedas bendecir a otras personas.