Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Efesios 6:2-3.
Nuestros padres son seres que Dios uso para procrearnos y ser hoy quienes somos. Algunos de nosotros son adoptados por personas extraordinarias, algunos de nosotros hemos perdido algún padre o hemos sido criado por padres solteros. Ellos nos cuidaron en las primeras etapas de nuestras vidas, rieron, sufrieron y hasta se amanecieron con nosotros en medio de nuestra enfermedad. Además, nuestros padres han sido amigos y consejeros.
Quizás para muchos de ustedes, han sido criados prácticamente solos, vivieron y sufrieron solos y no tuvieron personas que los amaran, los cuidaran y los aconsejaran en medio de su desarrollo. Pero, ustedes se han propuesto que al llegar a su etapa de padres, sus hijos no sufrirían o pasarían por lo que ustedes vivieron. Y, ahora ustedes se han convertidos en esos padres ejemplares para sus hijos.
Recuerdo que mis padres nos decían, “Nosotros hemos cumplido con la responsabilidad de criarlos con bien, cuidarnos, aconsejarlos y amarlos, pero cuando tengan su mayoría de edad, 18 años, ustedes le darán cuenta a Dios de sus actos. Siempre estaremos presente para ayudarles, si se dejan ayudar”. No sé qué lecciones o recuerdos tengan de sus padres, pero yo sí sé que fueron palabras o castigos justo a tiempo para formar a la persona que hoy soy.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, hoy estoy delante de tu presencia pidiéndote que me perdones. Hoy, estoy delante de tu presencia pidiéndote por nuestros padres. También, te pido que sanes mi corazón y me ayudes a sanar heridas de mi pasado. Permíteme tener un encuentro con mis padres, y que este encuentro sea para pedirles perdón y decirles que los amo y sé que al igual que yo ellos puedan ser sanados también.
Consejo
Hoy, es un día para recordar siempre a nuestros padres. Dale una llamada y diles que les ama, dale una visita y dales un fuerte abrazo y un beso. No hay excusas. Ellos quizás estén viejos y es cuando más nos necesitan. Cuando cuidas de ellos, los honra y respetas, Dios nos ha dado una promesa y es alargar los días de tu vida y ser bendecidos de generación en generación. No esperes que sea demasiado tarde.