Hombre, el esposo

Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo. Isaías 62:5.

El hombre, el esposo, que dejo a sus padres para unirse a su mujer y formar su propio hogar familiar. El hombre que desposa a su doncella, y que como esposo disfruta de la compañía de su esposa. Un día el hombre juro ante Dios y los testigos cuidar de la esposa y entregarse a sí mismo a ella.Prometió ser fiel, estar con ella en la tristeza y en el gozo, en la salud y en la enfermedad, y todos los días de su vida, hasta la muerte. Pero, ¿dónde quedan los votos cuando surge la crisis en su relación? ¿Cuándo ya no es fiel a su promesa?

Las promesas dadas en el altar o en el tribunal son un sello de compromiso. Estas palabras fueron dadas por ambas partes y por voluntad propia donde se comprometieron a estar unidos, en un lazo de respeto y amor. Fueron palabras que aun en medio de la crisis juraron permanecer juntos y harían lo imposible para estar siempre unidos hasta la muerte. Con el tiempo llegan hijos, llegan más compromisos de trabajo, y actividades que le consumen el tiempo a la relación de pareja. El estrés, las preocupaciones, la imposibilidad de satisfacer a su familia entre otras cosas llevan al esposo a olvidar que una vez deposito la confianza plena en su esposa, la ayuda idónea que Dios le dio. La comunicación es el eslabón principal en toda relación y poder sentir que la otra persona le escucha y lo apoya es una de las claves para que continúen disfrutando de la compañía de su esposa. Pero, sobre todo el afecto de respeto y amor en su pareja es esencial para que la relación de pareja siga viva como lo fue el primer día.

Cuando surge la crisis, es tiempo de hacer un detente, es tiempo de buscar ayuda, es tiempo de pedir perdón y perdonar. Es tiempo de pensar donde y cuando dejaron a Dios fuera de la ecuación. Además, reflexione cuando se convirtió la relación en dos y no en uno. Sabemos que los hijos llegan, crecen y también llegara el tiempo que ellos hagan su propio hogar. Por lo que, su rol como esposo es importante ya que sus hijos ven, escuchan y conocen que si usted ha sido un buen esposo y padre, y ha sido ejemplo para ellos, entonces el futuro de sus hijos será uno extraordinario. Es tiempo, mis queridos esposos, de hacer un detente, toma el tiempo para abrazar a tu esposa, pedirle perdón, y descansar en Dios porque Dios está en control de ti, esposo, y de tu hogar.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Perdóname si como esposo he faltado a mi promesa de cuidar, proteger y amar a la mujer que es mi esposa. Perdóname si por mi afán de vida, deje de orar, deje de asistir a la iglesia, deje que ya tú, mi Dios, no fueras parte de mi hogar, perdóname. Hoy, Señor Jesús, dame una nueva oportunidad de restaurar mi vida como esposo y volver a reestablecer mis votos matrimoniales. Te lo pido en tu nombre, Jesús, Amen.

Consejo

Mis queridos amigos, esposos, es tiempo de tomar un tiempo para contigo. Amarte y perdonarte a ti mismo. Perfectos no somos, pero cuando admitimos nuestras debilidades y pedimos perdón a la esposa, ellas son sensibles y dan una nueva oportunidad. Pero, no abuses de la confianza y el perdón que ella te ha dado. Respétala y amala como si fuera la primera vez que la vistes y te enamoraste de ella. ¿Recuerdas dónde y cómo la conociste? Tiempo de sacar un tiempo con ella, tiempo para amarla como si fuera la primera vez. Tu rol de esposo nunca se termina, dura hasta la muerte. Protégela, respétala y amala como el tesoro que Dios te dio. La edad y el tiempo no quitan que tú sigas siendo el esposo.