Generosidad

Como dicen las Escrituras: “Comparten con libertad y dan con generosidad a los pobres. Sus buenas acciones serán recordadas para siempre”. 2 Corintios 9:9 (Nueva traducción Viviente, NTV).

Hoy día se ha mal tergiversado lo que implica la generosidad. Muchas veces se habla de “dar para recibir”. Pero, ¿que realmente dice la palabra de Dios con relación a este tema de la generosidad?

Dios en su inmenso amor nos ha proporcionado vida, salud, y bendiciones (El término bendición proviene de un vocablo latino que hace referencia a la acción y efecto de bendecir. Este verbo, por su parte, es una forma de denominar la acción de alabar, ensalzar o engrandecer, de consagrar algo al culto divino o de invocar la bendición divina a favor de algo o de alguien). Cuando damos, Dios es el que nos da a nosotros primero. Cuando evaluamos la palabra de Dios en 2 Corintios 9: 6-8 nos recuerda lo siguiente:

Un agricultor que siembra solo unas cuantas semillas obtendrá una cosecha pequeña. Pero el que siembra abundantemente obtendrá una cosecha abundante. Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría». Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros.

Por lo tanto amigo (a), nosotros no podemos superar a Dios pero si podemos ser generosos con los demás. En Lucas 6:38 dice:

“Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio”.

Por lo que, debemos tener cuidado de no caer en la trampa de “de dar para recibir”. No todo es monetario. Tus acciones y el invocar la bendición de Dios sobre otras personas hacen un efecto extraordinario en la vida de esas personas. Como fue el caso de Pedro y Juan en Hechos 3:1-10:

Junto a la puerta del Templo, llamado la Hermosa, había un hombre cojo de nacimiento, al que todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el templo. Cuando éste vio que Pedro y Juan estaban por entrar al templo, les pidió limosna. Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo: ¡Míranos!

El hombre lisiado los miró ansiosamente, esperando recibir un poco de dinero, pero Pedro le dijo: “Yo no tengo plata ni oro para ti, pero te daré lo que tengo. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!”.

Entonces Pedro tomó al hombre lisiado de la mano derecha y lo ayudó a levantarse. Y, mientras lo hacía, al instante los pies y los tobillos del hombre fueron sanados y fortalecidos. ¡Se levantó de un salto, se puso de pie y comenzó a caminar!

Por consiguiente, con este pasaje bíblico nos enseña que no siempre la generosidad debe ser confundida con dinero. Debemos dar de lo que Dios nos ha dado ya sea oración, con talentos, palabra de aliento y motivación, de ayudar a limpiar la casa del enfermo o anciano, y tantas otras tareas voluntarias que puedes hacer en tu Iglesia o comunidad. Recuerda debemos de dar, no porque alguien te diga que lo hagas sino porque Dios nos ha dado a nosotros generosamente.

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Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, te pido hoy que me perdone si te he ofendido o fallado. Hoy estoy delante de tu presencia dándote gracias por las bendiciones que tú, Jesús, me has dado. Gracias porque por tu gracia, por tu amor y misericordia me has sostenido. Permite que mis ojos espirituales puedan ver más allá de lo que mis ojos físicos ven para poder extender a otros de las bendiciones que tú me has dado. Amén.

Consejo

Querido amigo (a), hay muchas personas que no tiene escrúpulos y comienzan a engañar a las personas con palabras y promesas que a la larga no nos beneficia. Hoy, se ha llevado muchos mensajes incorrectos “de dar y recibir”. Por lo que, Dios nos ha llamado a ser sabios y de buen entendimiento. La palabra de Dios dice lo siguiente:

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Santiago 1:5

El temor del SEÑOR es la base de la verdadera sabiduría; todos los que obedecen sus mandamientos crecerán en sabiduría. Salmos 111:10

La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento. Proverbios 4:7

Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes. Jeremías 33:3

Por consiguiente mí querido amigo(a), siempre debemos estar atentos a las necesidades de las personas que nos rodean. Por lo que hoy, le pedimos a Dios sabiduría y discernimiento para ver más allá de lo que nuestros ojos físicos no puedan ver. Dios está buscando personas de corazón generoso sobre la cual pueda derramar bendición a la vida de otros, y quienes a la vez, darán a otros. Recuerda que bendecimos a otros porque Dios nos ha bendecido primero; y porque su amor y gracias siempre han cubierto nuestra vida y nuestro hogar (familia).