El viento

Pues he aquí el que forma los montes, crea el viento y declara al hombre cuáles son sus pensamientos, el que del alba hace tinieblas y camina sobre las alturas de la tierra: el SEÑOR, Dios de los ejércitos, es su nombre. Amós 4:13

El viento sopla y no sabemos de donde proviene. El viento, el cual acaricia nuestro cuerpo, es el aire que respiramos. Y, es el único que al soplar, nos detenemos para respirar y le permitimos que entre en nuestro ser. Dependemos del aire, dependemos de este aliento maravilloso que nos hace sentir y recordar que estamos vivos.

El viento, el cual no podemos tocar, pero sin embargo nos toca y se place en cubrirnos con su presencia. Nuestro cabello se mueve según el viento, y lo revuelve según su antojo. Nos despeina, volteamos a ver de dónde vino, pero ni eso podemos distinguir porque sopla a su antojo, y nos hace recordar quienes realmente somos, criaturas de este universo.

Somos criaturas vulnerables, criaturas que no podemos controlarlo todo. Que siempre llegara a nuestra vida situaciones como el viento, que nos despeinan y nos hace recordar que somos vulnerable. Que al respirar podemos sentir dolor y podemos sentir alegría. Llegan situaciones que no sabemos de dónde viene como el viento, pero si trastoca nuestra vida. Pero, llega un tiempo en nuestras vidas que llega la calma que ya el viento pasó.  Y, volvemos a caminar confiadamente recordando que el viento llegara y pasara, pero también nos refrescara y nos hará recordar que estamos vivos en un universo en el cual somos vulnerables.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, perdóname si he pecado contar ti. Hoy, reconozco que soy una persona vulnerable y que no todo lo puedo resolver. Te doy gracias, porque me hace recordar que dependo solo de ti y respiro porque tú me lo has permitido. Gracias porque tú, Jesús, estas siempre a mi lado. Amen.

Consejo

Mis queridos amigos, quiero recordarte que solo tú no estás. Llegaran situaciones a tu vida como el viento, nos despeinaran, nos estremecerá, pero tú te mantendrás en pie de victoria. Porque el viento es pasajero. No cuestione de donde vio y el porqué, solamente respira profundamente y confía en el proceso. Un proceso que nos llevara a crecer en la fe, y caminar confiadamente que Dios está en control.

Mis queridos amigos, busca ayuda y habla con alguien que pueda ayudarte. No te desanimes porque dentro de esas situaciones nos fortalecemos como personas y aprendemos a ver la vida desde otra perspectiva.