El Reflejo de la Luz

12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.  Juan 8:12 (Reina-Valera 1960 (RVR1960))

Qué bueno es saber que al permitirle a Dios ser tu luz, hay una nueva esperanza. Cuando tenemos luz en nuestras vidas suceden cosas maravillosas. Dentro de esas cosas maravillosas hay paz, amor, fe, templanza, mansedumbre, benignidad, y bondad, los cuales son algunos de los frutos del espíritu. Gálatas 5:22-23 (RVR 1960).

Cuando ves las flores del campo, el cielo, el mar, las aves de los cielos y todo lo natural sentimos paz, sentimos armonía, sentimos algo sobrenatural en ello, y por ende sentimos los frutos del espíritu. Que hermoso ver y escuchar la sonrisa de un niño o la risa de una persona que ríe libremente sin temor al qué dirán y te contagia sin aún tú saber por qué esa persona ríe. Cuando tú ríes, sientes paz, alivio, sientes que tus cargas ya no están, te olvidas por lo que estás viviendo, eso es paz. Que hermoso es creer sin ver, eso es fe. Que hermoso sentir la mano y el abrazo de un ser querido, eso es amor. Que bueno saber que las circunstancias negativas no te llevan a rápidas acciones eso es templanza. Qué bueno es saber que aun en medio de tu dolor sientes tranquilidad eso es mansedumbre. Cuando tienes una actitud amable hacia los demás eso es benignidad. Y que hermoso es saber cuándo te inclinas hacer el bien a los demás no importando a quien eso es bondad. Cuando pones en prácticas esos frutos del espíritu, tú estás dando luz y reflejando la luz de Dios a otros.

Oración: Abre tu corazón

Jesús, estoy ante tu presencia pidiéndote perdón si te he fallado. Perdóname, mi Dios. Quiero darte gracias por estar en mi vida. Gracias por tu inmenso amor porque sin ti yo no estuviera en pie. Gracias por hacerme entender que tú eres la luz del mundo. Si yo no te tuviera no podría reflejar la luz a otros. Permíteme Señor Jesús, que otros puedan ver en mi tu luz, y también accionar los frutos del espíritu como lo es paz, amor, fe, templanza, mansedumbre, benignidad, y bondad. Amen

Consejo:

Recordaremos que Jesús, es la luz del mundo. Por consiguiente, si tienes y llevas  a Jesús en tu corazón podrás entender y experimentar los frutos del espíritu. Quizás no sabías el porqué de tus acciones, pero esas acciones son parte del mundo espiritual.

Amigo (a), tu personalidad y acciones son parte de la luz del mundo. Cuando hablas con otros,  cuando caminas, tu manera de comportarte y otras cualidades que hay en ti que las personas reconocen que eres diferente, que hay algo especial en ti y ellos no saben que es. ¿Sabes qué es? Que tu amigo(a) llevas la luz, la energía, y sobretodo accionas el poder de los frutos del espíritu porque tu llevas a Jesús en tu corazón.

 

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