Aun en la risa, el corazón puede tener dolor, y el final de la alegría puede ser tristeza. Proverbios 14:13.
El payaso, un personaje lleno de color, con una cara siempre alegre, y te da palabra que te hacen reír. El payaso, que en medio de tus tristezas te hace reír. El payaso que muchas personas contratan para sus actividades de cumpleaños o hasta vamos a un circo para ver su actuación y sus ocurrencias. Pero, qué hay detrás de tanto color, que hay detrás de esa vestimenta tan colorida, detrás de un rostro maquillado y una sonrisa pintada en su rostro. ¿Quién es en verdad el payaso?
El payaso, una persona que después de sus actuaciones o eventos, se retira su disfraz para volver a una realidad que solo el payaso conoce. El payaso en realidad es una persona como tú y como yo. Una persona que lleva consigo muchas cargas, una persona que quizás ríe por fuera pero por dentro llora su corazón. Una persona que quizás su vida sea gris en vez de tener color. Ya no es el payaso, pues es algo temporal. Para el mundo de eventos o actividades es todo un payaso, pero su vida es de una persona normal es como tú y yo. Todos llevamos un disfraz de payaso, para que el mundo no vea detrás de todo ese maquillaje como nuestro corazón está herido, como nuestras vidas están llena de tantas situaciones que solo reímos por no llorar.
Quizás el payaso sabe que no es saludable que otros vean su realidad, pero sabe que después de quitarse la peluca, después de retirase su vestimenta, después de retirarse su maquillaje y al verse al espejo es solo una persona llena de virtudes y defectos. Pero, sabes mis queridos payasos, que al mírate al espejo tal cual eres, reflejas tu alma a través del espejo, el espejo que es Jesús. Quizás podemos engañar a otros de nuestra realidad, pero hay una persona que jamás podemos engañar y ese es Jesús.
Para continuar siendo el payaso y transmitir a otros la alegría y la paz permite que Jesús sea el que te vista de colores, te ponga la peluca, te maquille tu rostro y te ponga una sonrisa permanente en tu rostro peor sobre todo en tu corazón. Continúa siendo ese payaso que trasmite amor, risas, y esperanza a otros a través de tus palabras. Pero sobretodo, sabiendo que ya no eres el mismo payaso, pues tu vida está llena de colores de adentro hacia afuera. Serás el payaso que bendecirás de ahora en adelante a otros.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Hoy, te pido que estés tú en mi vida para poder llevar a otros la alegría y la paz que tú nos brinda. Gracias por tu amor y tus cuidados. Amen.
Consejo
Mis queridos amigos, es tiempo para dejar el disfraz a un lado. Se tú mismo. Busca las ayudas necesarias para sanar heridas internas. Luego, puedes transmitir otros la alegría y la paz que Dios le brinda en nuestros corazones. Busca consejeros que te puedan ayudar.