Como cera se derritieron los montes ante la presencia del SEÑOR, ante la presencia del Señor de toda la tierra. Salmos 97:5.
Muchos hemos visto un monte o montaña. Vemos su majestuosidad, vemos su esplendor, y hasta muchos hemos escalado el monte. Todos los que hemos escaldo o subido el monte observamos lo hermoso que son sus paisajes tanto su flora y fauna. Además, sabemos que hay varios obstáculos en ese caminar.Observamos que hay piedras en el camino, hay plantas silvestres y hasta venenosas. También, puede haber aves, serpientes, y diferentes animales salvajes. Pero, nada de eso impide que continúe el camino aunque tengamos que tomar varias paradas para descansar. Pues, sabemos que una vez subamos al punto más alto, respiraremos y observaremos que todo lo que pasamos no fue nada comparado con el hermoso panorama que la creación nos da a través de su majestuosidad. Por lo que, valió la pena pasar por todos los obstáculos.
Nuestra vida es como el camino hacia el tope más alto del monte. Podemos encontrar en nuestro caminar dificultades y tropiezo que hasta llegamos a caernos pero, eso no impide que sacudamos el polvo de nuestras rodillas para continuar con nuestro objetivo. Quizás, tengamos que hacer varias paradas, pero eso no impedirá que llegue a la cima del monte. Cuando el afán del día nos agobie o atormente, recordamos que existe algo mejor que la parte baja del monte. Y, eso es suficiente motivo para continuar nuestro camino. No darnos por vencidos, descansar cuando sea necesario para obtener nuevas fuerzas, y mantener una convicción de fe que hay algo mucho mejor en el tope de ese monte.
Al llegar al tope o la cima del monte, vemos que lo que vivimos en la parte baja del monte nunca se comparara con lo que vemos en lo alto del monte. Vemos con claridad que había algo sobrenatural esperándonos. Allá arriba se respira paz, se siente lleno de paz, y que todo lo que nos sucedió fue un camino lleno de aprendizajes para no volver a cometer los mismos errores. Ahora, a bajar del monte tenemos más cuidado porque sabemos dónde está el peligro y tomaremos más precaución para no caer o enredarnos en veredas venenosas o caminos peligrosos. Pues, ahora somos personas más sabias y precavidas para tomar la mejor ruta que nos permita llegar con bien a nuestro destino final.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Hoy, quiero subir el monte si tú, Jesús, vas conmigo. Deseo que tú seas mi guía y seas mi protector para llegar a mi destino final. Amen.
Consejo
Mis queridos amigos todos hemos pasado por situaciones difíciles. Pero, no permita que un obstáculo tronche tus deseos y anhelos. Busca ayuda en personas que te ayuden a levantar y a llegar a donde tú deseas estar. Recuerda solo no estas.