El guerreo y la confianza

El Señor tu Dios está en medio de ti, guerrero victorioso; se gozará en ti con alegría, en su amor guardará silencio, se regocijará por ti con cantos de júbilo. Sofonías 3:17

Todo guerrero pasa por una batalla. Dentro de esas batallas hay victorias como también derrotas. Durante esas batallas hubo momentos difíciles, días largos y tormentosos y también noches de insomnios y de dudas. Pero, al llegar obtener una victoria, celebra con sus compañeros de guerra la alegría de esa gran victoria. Quizás muchos digan, aun la guerra no ha terminado, pero una batalla ganada es un motivo para reconocer que está vivo, que tiene las fuerzas necesarias para vencer al enemigo por lo que su confianza le permite saber que mañana es otro día.

Quizás el mañana pueda traerle al guerrero otra batalla, pero tiene la confianza que tiene las fuerzas y las estrategias para poder obtener otras victorias. Se recuerda del ayer, que solo no se gana las batallas sino con un equipo de guerreros que pelan juntos con él en la guerra. Por lo que, celebrar cada victoria es un símbolo de alegría, de confianza y que a pesar de las circunstancias posiblemente mañana no sabe si gana o pierde, pero también el guerrero reconoce que hay algo sobrenatural que lo llevó a ganar esa batalla. Por lo que, el guerrero se mantiene siempre alerta aun cuando parece que la guerra no haya terminado.

Mis queridos amigos, cada día estamos batallando contra el adversario. Pero, perdemos el tiempo si pensamos que nuestro enemigo es de carne y hueso. Sabes que el adversario no es el que podemos ver y tocar; el enemigo es aquel que no podemos ver ni tocar. Luchamos día a día con guerras espirituales, batallas que pensamos que no podemos vencer. Pero, si hacemos como el buen guerrero, podemos obtener victorias si oramos y le pedimos al capitán la dirección y las estrategias para ganar las batallas que día a día enfrentamos. Y, es así que se ganan las batallas. Recuerda que solo no estas, hay guerreros celestiales que pelean contigo y a tu lado para ganar tus batallas. Por lo tanto, celebra porque ganaras batallas con el ejército por excelencia y el capitán que nunca pierde una guerra, Jesús.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Hoy, te pido que seas tú mi capitán y que tú me des la sabiduría de lo alto para poder ganar mis batallas. Reconozco que contigo todo es posible si tú al frente va. Gracias por tu protección y cuidados. Amén.

Consejo

Mis queridos amigos, ya es tiempo de dejar a un lado las trivialidades. Es tiempo de romper con lo normal y usual. Cuando ya todo se terminó y piensas que perdiste, quiero decirte que esa fue una sola batalla. Pues, hay muchas más batallas por que ganar. Cambia de estrategias, ¿cómo cambias de estrategia? Poniendo tu mirada y confianza en Jesús.