Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? Mateo 6:26.
Aquí estoy después de unos largos días en cuarentena, decido salir al balcón. Al sentarme en mi silla puedo contemplar el árbol frente a mi balcón. Un árbol majestuoso, más verde que el año anterior y cada rama esta frondosa de hojas. Sopla el viento y acaricia mi piel. Respiro profundo y permito que el oxigeno entre por todo mi ser y exhalo. Escucho el cantar de los pájaros como si estuvieran hablando entre si y enviándose algún tipo de mensaje. Observo como los pájaros vuelan por los aires tan libremente como si nadie existiera, los cielos les pertenece.
Esta cuarentena me ha hecho reflexionar en la majestuosidad que la naturaleza necesitaba para sí misma. Donde el hombre se tuvo que esconder en este tiempo para permitir una restauración al medio ambiente. La creación gritaba “estoy contaminada y necesito restaurarme”, pero nadie la escuchaba solo su Creador. El Creador le devolvió las aguas su pureza, le dio a la vegetación su esplendor, le dio a los aires limpieza, la tierra brilla por su recuperación y las aves del campo cantan y los animales caminan libres sin miedo porque ya no eran perseguidos o ejecutados por diversión.
Ahora somos nosostros que salimos de la cueva, y muchos podemos ver como nuestra Naturaleza se restauro. Pero, otros siguen ciegos y sordos por lo que no pueden ver ni escuchar la obra que el Creador realizo. ¿Hasta cuando la humanidad puede detenerse por completo y valorar la oportunidad de ver, respirar, oír, tocar y saborear la majestuosidad que nos brinda el Creador a través de la Naturaleza? El Creador nos recuerda que según ha cuidado de la Naturaleza como no hacerlo contigo, pues él sigue siendo Dios aun en los tiempos.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús pido perdón no solo por mí sino por toda la humanidad. Perdonanos si nos hemos desenfocado de los planes que tú tienes para con tus hijos. Quiero que tú seas mi Creador y cuidador como así tú has tenido cuidado de la Naturaleza que nos rodea. Amén.
Consejo
Mis queridos amigos, este tiempo de cuarentena ha sido uno para reflexionar y aprender a confiar en nuestro Dios. El ver la majestuosidad de la Naturaleza podemos entender el cuidado que Dios ha tenido siempre de su pueblo. Su amor y misericordia es para siempre y su verdad permanecerá siempre. Oremos y pidamos perdón por nuestra humanidad y que mantengamos nuestro medio ambiente libre de contaminantes.