El Árbol

3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Salmos 1:3

Al contemplar un árbol, nos damos cuenta de la sombra que produce. Vemos que el árbol nos refresca y que todo aquel que entra bajo sus ramas sentimos una buena brisa que nos acaricia. Nos acostamos bajo el árbol, también nos hemos trepamos en sus ramas para descansar. Y, hasta si llueve nos refugiamos bajo el árbol.Cuando pasan las temporadas (primavera, verano, otoño e invierno), podemos observar cómo cambia el árbol su estado, de hojas verdes a colores, y de colores hasta que  pierde sus hojas.

Pero, también, vemos que cada temporada el árbol vuelve a su esplendor. ¿Porque vuelve a su esplendor? Porque las raíces aún siguen vivas.

Dios en su inmenso amor nos cobija y nos protege de tantas adversidades que nos sofocan y hasta pensamos que nuestras situaciones personales y profesionales no pasaran. Hoy, Dios es como el árbol, es nuestra sombra y nuestro refugio. Cuando no veas las hojas, recuerda que las raíces siguen ahí o sea su presencia continua y podemos continuar refugiándonos en El.

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulación (Salmos 46:1). Por lo tanto, no temas porque tu Dios, mi Dios, está siempre contigo. Él es nuestro refugio. Él es el árbol de la vida.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón.  Perdona mis pecados y si en algo te hemos ofendido. Estoy delante de tu presencia pidiéndote que seas mi refugio y mi protección. Muchas veces me he allegado al árbol, pero cuando no veo más las hojas del árbol pienso que ya no estas. Reconozco que en tu presencia, aun en el silencio tú te has de manifestar. Pero, mis ojos carnales no lo han visto así, perdóname y ayúdame a continuar acercándome a ti. Reconozco que en ti, solo en ti puedo descansar bajo las sombras de tu presencia. Amen.

Consejo

Amigo(a), muchas veces en nuestra desesperación no encontramos donde ir. Nos desenfocamos de lo que tenemos en nuestras manos y a veces perdemos el horizonte. Hoy, es un nuevo comienzo. Nunca es tarde para volverte a enfocar en lo que tú tienes, amigos, familia, trabajo, una mano amiga que siempre Dios pone en tu caminar.

No pierdas el tiempo en lamentaciones y en cosas ya pasadas. Levántate y busca las ayudas necesarias de personas e instituciones que son expertas en cada situación que tú tengas. Asiste a una iglesia. Lee la biblia, ora y ayuna en esto encontrar las respuestas. Tenemos que ser sensibles a la voz de Dios. Recuéstate y descansa sobre el árbol de la vida que es Jesús.