Pero Jesús inmediatamente les dijo: “¡Cálmate! Soy yo. No tengas miedo. San Mateo 14:27
Recordando el pasaje de Pedro cuando él le pidió a Jesús que le permitiera caminar sobre las aguas, el bajo del bote obedeciendo el mandato de Jesús. Este evento requirió fe. Al observar este escenario, vemos que Pedro cometió un error. ¿Cuál fue ese error? El tomo mucho tiempo observando la tormenta por lo que, se asustó. Por ende, la duda, el miedo y la incredulidad lo abrumaron y comenzó a hundirse.
Pedro le pidió a Jesús que lo salvara y Jesús lo hizo. Una vez que Pedro regresa al bote, la tormenta se calma. Al analizar este escenario, podemos reflexionar que, al llegar la tormenta a nuestras vidas, es tiempo de anclarnos y tomar el control de nuestras vidas. Tenemos miedo de salir de nuestra zona cómoda y salir del bote. Muy a menudo, la tormenta se detiene tan pronto nos rendimos y regresamos a nuestro lugar seguro.
Muchas veces le permitimos al enemigo que tome el control cuando la tormenta llegan a nuestras vidas. Nos desenfocan de la misión o plan. Durante una tormenta, comienza una batalla mental que nos comienza a infundir inseguridades. Comienza nuestra mente a formar ese campo de batalla. Es por eso, que no debemos tomar decisiones basadas en nuestros pensamientos o emociones. Por lo qu,. es importante tomarte un tiempo contigo mismo, callar, guardar silencio y meditar. Pero, sobre todo buscar consultar tus pensamientos con Dios. Cuando te des ese momento de reflexión encontrarás la misma posición que tenía al inicio. Mis queridos amigos, no permitas que la duda y la incredulidad gobiernen tus pensamientos en lugar de tu corazón.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Hoy, quiero que tu me ayudas a continuar con los planes que tu tienes para mí. Que todo este en tus controles y no en los míos. Te lo pido en tu nombre, Jesús. Amen.
Consejo
Mis queridos amigos, muchas veces nos hemos encontrado con planes que nos llevan a emocionarnos y a echarles muchas ganas. Pero, llega un momento que nos invade la incertidumbre, nos invade el miedo lo cual nos hace volvernos a esconder. Muchas veces el miedo y el estrés no nos permite pensar con claridad tomando decisiones que nos opacan nuestro futuro. Cuando te encuentres que la tormenta invada tus pensamientos no tengas miedo sigue mirando al Blanco, Jesús. Busca ayuda. pero no tomes decisiones bajo estrés, coraje o miedos.
Tomate un tiempo para meditar, callar por un momento y escuchar lo que tu espíritu te dice.