Bendiciones

Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Lucas 6:21.

¿Sabes que tienes el poder para bendecir a otros? Dios nos ha dado el poder y la autoridad para ser canales de bendición para otras personas. Pero, depende de ti que deseas hacer. Cuando hablamos con otras personas muchas veces decimos que “es triste ver como nuestra misma gente muchas veces no nos apoyamos o nos ayudamos”. Es triste saber que pudiendo ayudar a otros o dar la mano la ocultamos. No sé si eres de los que sacas las manos de los bolsillos y extiende tu mano amiga, o eres de los que colocas tus manos en el bolsillo o cruzas tus brazos ya que no es tu problema. ¿Cómo te consideras, persona para bendecir o maldecir?

En un mundo lleno de tanta competencia y mercadeo, sobrevive el más fuerte. Pero, los pequeños negocios que desean sobre existir en un mundo competitivo buscan alianzas. Esta alianza entre pequeños negocios es lo que les permite mantenerse en un mercado competitivo. Pues, lo que no tenga uno lo tiene el otro y es así donde ambos pueden continuar bendiciendo a otras personas a través de esa unión. También, podemos observar que al ir a un “mall” (tiendas o shopping) puede ver que hay una variedad de cosas y comidas para diferentes gustos. Por lo que, todos están unidos con un mismo fin, vender sus productos. Al evaluar estos ejemplos de mercadeo, la vida de las personas debe estar unidas con un mismo fin o propósito. ¿Cuál es el propósito?

El propósito de unirnos como personas es bendecir a otros a través de nuestras acciones. El propósito es proveer a otras personas de una carencia que ellos tienen y que tú le puedes ayudar. Cuando estamos unidos con un mismo fin, es entonces que somos bendecidos porque hemos bendecidos a otros. Muchas personas confunden la bendición con dinero, aunque también es bueno bendecir a otros por medio del dinero, pero el bendecir a otros es con palabras de consuelo, el ayudar a otros dando referencias de su trabajo, es cuidar los uno de los otros, es servirle al mismo Dios y no a una religión. Pues, cuando seguimos a Jesús y no a una religión, se abren las puertas de los cielos pues es ahí en tu corazón que mora Jesús. Y, es entonces que tenemos la autoridad para bendecir a otros.

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, perdónanos si te hemos ofendido. Permite que mi corazón sea sensible para poder identificar al necesitado. Ayúdame a diferenciar entre el bien y el mal. Y, que tu amor pueda cubrir toda las necesidades. Gracias por tus bendiciones. Amen.

Consejo

Mis queridos amigos, es tiempo de sacar tiempo para bendecir y compartir con otros palabra de consuelo y de paz. Tiempo para bendecir a otros.