Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha. Cantares 4:7
La mujer, es también la amiga. En ella podemos encontrar respuestas según nuestras necesidades. En ellas podemos encontrar amor, consuelo, agradecimiento y paz. Cuando hablamos con la amiga, es como perfume que alegra nuestro corazón (Proverbios 27:9) y en tiempo de angustia es como una hermana (Proverbios 17:17). Por lo que, las amigas nos apoyan no solo en la alegría sino también en el dolor. ¿Qué características tiene la amiga, la mujer?
La amiga, la mujer, no precisa de palabras para entender lo que pasa, hay un sexto sentido que aflórese que conecta aún en la distancia. Sus pensamientos van más allá de la distancia, todos los deseos y anhelos para con sus amigos es de buenos deseos y de alegría. La amiga conoce el flujo de tu vida y conoce tus secretos y sueños. La amiga está a tu lado, acude a tu lado cuando más la necesitas. Esta ahí horas muertas sin decir nada, solo sujetando tu mano y dando su hombro para que puedas solamente llorar. No hay necesidad de palabras para saber qué es lo que sientes y está ahí para darte consuelo.
La amistad de la mujer, es tan preciosa como el oro y tan fuerte como el carbón encendido que da luz a tu vida en medio de tu obscuridad (Proverbios 17:17). Por lo que, su amor es incondicional, sufren cuando tú sufres y ríe cuando tú ríes (Romanos 12:15). Cuando hablas con la amiga, su conversación es edificante, la cual te ayuda a aclarar tus pensamientos (Proverbios 27:17; Malaquías 3:16). También, su amistad es de genuina preocupación por lo cual, ofrece corrección sincera, la cual está llena de amor y no para juzgar (Proverbios 25:5-6). Y, la amiga siempre sacara un tiempo para estar juntos y compartir. Esto le permite hablar y conectar más con la persona que ama. Le damos gracias a Dios por gozar y tener la dulzura de la amistad, la mujer.
Oración: Abre tu corazón
Señor Jesús, vengo ante tu presencia pidiéndote perdón. Hoy, te quiero dar gracias por darme la oportunidad de tener amigos en mi vida. Gracias, porque a través de ellos tú, Jesús, nos da palabras de consuelo y paz. Gracias por el regalo de la amistad en nuestras vidas, pero sobre todo a ti que eres el amigo por excelencia, Jesús. Amen.
Consejo
Mis queridos amigos(as), sé que muchas veces estamos tan ocupados con tantas cosas como lo es el esposo(a), hijos, trabajos y tantas otras cosas, pero es tiempo de sacar un tiempo para tus amistades. Aquellos que han estado contigo en las buenas y en las malas. Dígales cuanto les ama y dale gracias porque aun en la distancia ellos han estado presente. Pon en tu agenda un tiempo para marca su número y hable con su amigo (a).
Y, a ti marido, recuerda que antes de ser esposa, fue tu amiga. Habla con ella, invítale a recordar esos tiempos que fueron amigos y lo mucho que deseas reconquistar a la que fue un día amiga, la mujer.