Ester y el Rey

Cuando el rey vio a Ester, se puso contento y la señaló con el cetro de oro que tenía en su mano. Entonces Ester se acercó y tocó la punta del cetro. Ester 5:2.

Al leer la historia de Ester, podemos ver como una joven de nacionalidad judía llego a recibir la gracia y el amor de un Rey. Una mujer que había nacido para ser reina, pero que su propósito fue ayudar a su pueblo. Ester, una mujer que tuvo el poder en sus manos, una mujer cuya raza era judía, su religión era diferente a la del pueblo de su marido, el Rey. Una mujer que oculto quien era hasta que llegó el momento de revelar su verdadera identidad. Una identidad que le podía causar hasta la muerte. ¿Cuántos nos hemos ocultados por mucho tiempo?

Ocultamos de donde somos por temor a que nos lastimen, ocultamos nuestra nacionalidad, idioma y nos adaptamos a las costumbres actuales perdiendo así la esencia de quien verdaderamente somos. Pero, que hermoso es que Dios prueba los corazones. Y, este fue el caso de Ester. Una mujer que oculto quien era por mucho tiempo. Cuando su pueblo estaba a punto de morir, su primo, el cual la había criado como su hija, le envía un mensaje para que le suplicara al Rey  no destruir su pueblo. Por lo que, Ester le responde que hacía tiempo que el Rey no la llamaba y si no era llamaba, y se presentaba ante el Rey ella podía morir. Pero, esa persona era perdonada sólo si el rey la señala con su cetro de oro. Cuando su primo, escucho la respuesta de Ester, él le recuerda que no se iba a salvar sólo porque estaba en el palacio. Si no se atrevía a hablar en momentos como éste, la liberación de los judíos vendrá de otra parte, pero ella y toda tu familia morirán. Por lo que, le recuerda a Ester que había llegado a ser reina para ayudar a su pueblo. Luego, Ester se pone en ayuno con toda su gente. Llego el día esperado y al entrar al palacio sin ser llamada encontró gracia del Rey y le extendió su cetro. Finalmente, su pueblo fue protegido y no llego la muerte a sus vidas. Pero, sus enemigos todos fueron destruidos y el pueblo judío fue puesto en bendición.

Muchas veces, perdemos cual es el propósito de nuestras vidas aquí en esta tierra. Perdemos de perspectiva a que fuiste enviado a ese lugar que fue desconocido para ti. Muchas veces andamos ocultándonos, estamos bajo sombra o invisibilidad. Y, quizás te hayas preparado a tal nivel que has alcanzado estar en las sillas de los honores. Pero, Dios nos recuerda que estamos en esos lugares con propósitos. Él nos recuerda que ya no tenemos que ocultarnos más, él nos recuerda quienes somos y de dónde venimos, él nos recuerda quien es tu Dios, y nos recuerda que ese lugar que tienes hoy ha sido para un propósito en particular. ¿Cuál es ese propósito? Bendecir a otros, ayudar a otros, cuidar y proteger a los tuyos. Por lo que, tu momento ha llegado y fuiste escogido para este momento. Ya no serás una sombra, ya no serás invisible, ya dejaras de ser quien eres para ser lo que Dios te demanda a ti hoy. Estas para ayudar a un pueblo, a una nación, o a una familia. ¡Ya, estás preparado! Dios te puso en el lugar de honores para que tu palabra y gracia sea escuchada por reyes. ¡Tú momento ha llegado!

Oración: Abre tu corazón    

Señor Jesús, estoy delante de tu presencia para pedirte perdón si te he ofendido. Perdóname si se me ha olvidado mi propósito y si yo alguna vez deje de ser sensible a tu voz. Perdóname, si perdí en algún momento cual fue el propósito inicial de yo estar donde estoy hoy. Ayudadme a ser sensible a tu voz y propósitos en esta tierra. Amen.

Consejo

Mis queridos amigos muchos de nosotros alguna vez ha conocido a Dios en algún momento de sus vidas. La razón de perder el horizonte y propósito inicial no lo sé, pero tú si lo sabes. Muchas veces Dios nos coloca en lugares desconocidos y pensamos que fue por nuestro propio esfuerzo, pero la verdad que sin Dios no estuviéramos donde estamos hoy. Es importante reconocer donde estábamos y donde estamos, y el porqué. Cuando nos humillamos y pedimos perdón, y aprendemos a perdonarnos, entonces podemos comenzar el propósito inicial de tu misión en esta tierra.