Derrumbando los muros

Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. Josué 6:20.

Hay momentos en nuestras vidas que se levantan muros que a veces pensamos que están tan fuertemente construido y difícil de derrumbar. Esos muros son situaciones que llegan a tu vida que piensan que no puedes pasar a través de ellos ni siguiera brincar sobre esos muros. Lo vemos muy difícil, hasta imposible. Pensamos que no hay solución a tu enfermedad, matrimonio, finanzas, trabajo, hijos, comunidad, enemigos, y hasta tantas otras cosas que solo tú sabes por lo que estás pasando. Para otras personas tu situación es nada comparadas con la situación que ellos viven, sin embargo, sigue siendo tu muro. Tantos obstáculos se nos presentan que no sabemos qué hacer, pero hoy te digo mi querido amigo(a), que hay una solución. ¿Qué debo hacer para derribar mi muro?

Recuerdo la historia bíblica de Josué y el muro de Jericó (Josué 6). Jericó estaba completamente amurallada y bien cerrada, por lo que hacía difícil de penetrar cualquier enemigo y hasta ser conquistada. Pero, un día Josué recibe instrucciones de Dios para poder entrar a esta ciudad. Las cuales son instrucciones especiales, en el cual una de las instrucciones fue dar una vuelta por seis días y luego en el día séptimo darían siete vueltas. En el séptimo día, la última vuelta de las siete vueltas, los sacerdotes tocaron las bocinas y entonces Josué dio instrucciones de gritar y los muros fueron derribados.

¿Qué secretos hay en esta historia para derribar mi muro? Uno de os secretos de este pueblo fue confiar plenamente en Dios. Segundo, obedecieron al pie de la letra las instrucciones y no cuestionar el proceso. Tercero, se levantaban de madrugada a orar y no se dieron por vencidos. Cuarto, en cada vuelta que daban adoraban a Dios ya que llevaban delante el arca y alaban a Dios a son de bocinas. Quinto, no abrieron sus bocas, no cuestionaron y continuaron marchando. Sexto, marcharon por 7 días desde el alba por lo que no se cansaron, no se rindieron. Aunque ellos quizás no veían resultados continuaron creyendo y marchando. Séptimo, el día séptimo dieron siete vueltas más en vez de una vuelta, por lo que sus cuerpos y pies deberían estar súper cansados, pero su esperanza estaba puesta en Dios, en que en la séptima vuelta verían la gloria manifestada o sea la victoria. Solo en la séptima vuelta recibieron instrucciones de gritar y los muros se cayeron.

Mis querido amigo(as), para derribar nuestro muro por más difícil que tú lo veas, hay esperanzas que pronto se derribara. Porque Dios te ha dado las instrucciones de seguir marchando hasta que des la última vuelta, tus muros están por caer. No te rindas, ora y continúa creyendo en Dios. Él no es un Dios de mentira y su palabra no retorna atrás vacía. Y, sobre todo Dios va al frente como lo fue en el arca durante la marcha de las vueltas de Jericó. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; porque como estuvo con Moisés, con Josué y otros más, Dios estará contigo, no te dejara, ni te desamparara. ¡Esfuérzate y se valiente!

Oración: Abre tu corazón

Señor Jesús, estoy delante de tu presencia pidiéndote perdón. Perdón por haberte fallado. Necesito volver a confiar en tu proceso mi Jesús y que cada situación que estoy viviendo está bajo tu control. Yo sé que tú, Jesús, adelante va y nada me faltará. Amen.

Consejo

Mis queridos amigos (as), muchas veces vemos el muro en nuestras vidas y lo que hacemos es cuestionar, llorar, deprimirnos, culpar, sentirnos derrotados, nos damos por vencidos, y solo nos dirigimos a Dios para reprochar lo sucedido. Si mis queridos amigos, somos humanos. Y, es de humanos cometer errores, pero que bueno es Dios que en su misericordia y en su amor nos ha dado su perdón. Y, es ahí donde nos damos cuenta que lo que nos sucedió en nuestras vidas fue por alguna decisión precipitada, por un coraje o molestia, por no buscar ayuda inmediata y tantas otras razones. Pero, lo importante es reconocer nuestro error y enmendarlo, si es posible.

Todo tiene solución, te recomiendo que busques ayuda y continúes orando, que tu oración no se detenga. Continúa creyéndole a Dios, eso es fe. Levántate en victoria y alaba a Dios. Y sobre todo, da un grito de júbilo porque los muros ya cayeron.